Historia de Elche: Edad Antigua
Parece ser la opinión más generalizada, la que concede a Elche un origen puramente Íbero o español primitivo, remontando su antigüedad a una fecha que no tiene determinación cronológica, ya que se halla fuera de los límites que los historiadores han establecido para separar, lo que todavía está por estudiar y conocer, debido a su remota distancia y a la carencia de noticias. Esto recibe el nombre de Prehistoria o antehistoria.
Así que vamos a dividir la Historia de Elche en tres EDADES, Antigua, Media y Moderna.
Edad Antigua
Los Cartagineses y Romanos en Illici
Podemos fundar la llegada de los cartagineses a nuestras costas, donde desde muy antiguo venían realizando comercio, en base a dos poderosos motivos:
El primero, el establecimiento de colonias en España, con el fin de contrarrestar el prepotente dominio de Roma, su mortal enemigo, que ya empezaba a mostrar también en los mares.
El segundo, el llamamiento de los gaditanos que, al verse hostigados por los Celtas, llamaron en su auxilio a sus hermanos cartagineses. Estos acudieron con un numeroso ejército al mando del general Hamilcar, en el año 237 A.C., ejército que pronto invadió la Bética -hoy Andalucía-, llegando con sus armas hasta Sagunto, que respetó por ser aliada de Roma. Comprendido que no sería muy ventajoso avanzar por unas tierras donde predominaban los griegos, volvió, después de la campaña y de haber fundado Barcelona, con el objetivo de afianzar lo conquistado.
Estableció sus cuarteles de invierno en Akra-Leuca -hoy Alicante-, poderosa fortaleza que acababa de levantar en los peñascos blancos, dentro de cuyos muros se escondía su hijo, Anibal. Hamilcar pudo descansar muy poco tiempo, pues los ilicitanos se levantaron y el general cartaginés los sitió.
Hélica, como denomina a nuestro pueblo el historiador Diodoro, rechazó varios asaltos de los cartagineses, cuya desesperación le llevó a convertir el sitio en bloqueo. Este hecho tuvo gran resonancia entonces, se le llamó “el sitio de Illici".
Dicho bloqueo y la forma en que llamó la atención levantó la indignación de los Ólcades -habitantes de Castilla la Nueva-, de los Oretanos -en la Mancha-, los Vetones -Extremadura- y algunos otros, quienes se decidieron a unirse y acudir en socorro de Illici.
Se reunieron estos aliados frente a la ciudad y cogieron por la retaguardia a las huestes del general cartaginés, que no pudo evitar el enfrentamiento. Es entonces cuando los ilicitanos soltaron gran número de carros tirados por bueyes que llevaban atados a los cuerons haces de paja con brea, para posteriormente prender fuego, lo que sembró la desolación y el exterminio de los cartagineses.
Mención especial merece lo que en la Historia se conoce como “la traición del caudillo Orisón”, de una nacionalidad vecina de Illici, quien, por anteriores pactos, debía favorecer al general Hamilcar con un cuerpo de tropas auxiliares. Pero hizo lo contrario y, en plena batalla, en vez de ayudar, cargó sus huestes contra el ejército cartaginés, que quedó totalmente derrotado, muriendo ahogado en un río -algunos sostienen que el Río Segura- el general Halmicar.
Muchos de los suyos, los pocos que escaparon, acabaron refugiándose en Akra-Leuca -hoy Alicante-, en el año 229 A.C., donde proclamaron como sucesor al mando al terrible Asdrúbal, yerno de Halmicar, quien esperó refuerzos que le enviaron de Cartago. En cuanto recibió dichos refuerzos, no esperó ni un día para salir contra los traidores.
Ganó las batallas e hizo caer a Orisón, al que hizo crucificar. Sitió Illici, que tomó y saqueó y a cuyos habitantes degolló. No solo nuestra ciudad, Elche. Tomó muchas ciudades y fundo Cartago nova -hoy Cartagena- que instituyó como capital. Ahí no acabó su misión, ya que captó las simpatías de los habitantes de la zona e incluso se casó con una princesa española. Asdrúbal murió a manos de un esclavo de Orisón, en el año 221 A.C.
Es en esta época cuando se suscita una cuestión sobre límites, entre los turboletas -hoy Teruel-, que eran aliados de Cartago y los saguntinos, protegidos por Roma. Aníbal, ascendido a general de los cartagineses tras la muerte de Asdrúbal, apoyaba a los turboletas, hasta tal punto que, después de las protestas de los saguntinos, Aníbal mandó a su ejército y maquinaria bélica para poner sitio a Sagunto. Obviamente, Roma acudió en ayuda de su aliada. Después de inútiles conversaciones, fue declarada la denominada SEGUNDA GUERRA PÚNICA.
Los romanos encontraron apoyo en las colonias griegas que había en España y también en las ciudades de origen fenicio, que veían a los cartagineses como un opresor y a Roma como su libertador. Acabaron expulsando a los cartagineses de la península.
Roma agradeció y premió a las poblaciones que se le habían unido, concediendo honores y grandezas, siendo Illici una de las favorecidas por Julio César, que la repobló y la dotó de todo cuanto pudo necesitar, ya que se trataba de una ciudad que había alcanzado gran fama en Roma.
El Emperador Augusto la declaró COLONIA, con el título de AVGVSTA, dictado que, con el de JVLIA, se ha conservado hasta hoy en nuestro Escudo de Armas. Las letras C.I.I.A se deben interpretar como COLONIA IVLIA ILLICI AVGVSTA.
Illice estaba exenta de pagar impuestos a Roma, pero esta inmunidad no se hacía constar en las monedas que Illici acuñó por espacio de 50 años -de los 70 años que fue permitida acuñar monedas en las Provincias del Imperio Romano-. Dicha inmunidad la retiró el Emperador Calígula.
Las ruinas de La Alcudia - Colonia Illici
El sitio donde se encuentran los restos de la Colonia llamada Illice se halla situada a dos kilómetros al sur de Elche, en una loma llamada La Alcudia -nombre que le dieron los árabes y que quiere decir altura, enclavada en la propiedad del Doctor D. Manuel Campello, situada en la Partida Rural Alzabares Bajo. Un testigo presencial, Don Cristóbal Sanz, que tuvo el privilegio de ver en pie las murallas de la antigua Illici, nos dice que tenían de circuito 2.020 pasos y estaban realizadas de cal y canto. En algunas partes -muchas-, eran tan altas que no se podía entrar ni subir.
Los restos que quedan al descubierto a día de hoy confirman esta teoría. La superficie de dicha loma arroja una superficie de 132 tahúllas de tierra pedregosa, producto del detritus y ruinas romanas, cuyos cimientos de pueden descubrir cavando un poco en el terreno.
Para finalizar y a modo de curiosidad, decir que el nombre antiguo de Elche, para los distintos pueblos fue Eliké para los fenicios, Illici para los romanos, Illici, Hilici y Elici para los godos; para los árabes, en principio fue Elixe, más adelante ELX y posteriormente Elchio. En los primeros años de la reconquista ya vemos escrito ELCHE, aunque en los documentos valenciamos veremos Elich, Elig o Elix, además de Elg.