Historia de Elche: Los Musulmanes y Teodomiro
Dentro de esta época visigótica, la Historia se repite. Si primero fue a los Bizantinos, ahora se va a recurrir a los árabes. En el año 710 d.C. muere el último rey godo, Witiza, de quien se dice fue muy cruel, sucediéndole en el trono su hijo Akhila.
Como la opinión sobre la aptitud del heredero se divide, un buen número de nobles rechaza a Akhila, eligiendo a Roderico o D. Rodrigo, como Rey, siendo el primer monarca a quien se dio el título o cognomen DON, abreviatura del sustantivo «Dominus». Esta división desencadena una guerra civil.
Como todos los ineptos, frustrados y cobardes, Akhila acude a buscar socorro al exterior, apoyado por sus partidarios, que les interesaba mantenerlo a toda cosa, ya que cuanto más inútil, mejor para quienes desean sacar tajada del cargo, por lo que se pusieron de acuerdo con Olián o Conde D. Julián, conocedores de la hostilidad de éste hacia D. Rodrigo, unos cuentan debido a la ofensa causada a su hija Florinda por Rodrigo, lo que también atribuyen a Witiza, otros historiadores. La realidad es que D. Julián, Señor de Cádiz, no Ceuta, como hasta ahora se decía, pacta con Muza ibn Nusair al Kalbí, Walí del Norte de África, animándole a conquistar España.
El Moro Muza, que como mayoría de los árabes, desde siempre, tenía puestos los ojos en la Península, envió a su capitán Tarif para verificar un reconocimiento de nuestras costas, desembarcando en la punta que lleva su nombre, a saber, Tarifa.
A la vista de los informes favorables recibidos, dispuso un ejército, que a las órdenes de su lugarteniente Tarik, desembarcó en Gebal-Tarik, o sea, Gibraltar, tomando el nombre del citado capitán. Enerado Rodrigo de la invasión, reúne a las fuerzas que puede disponer y se lanza a cortarle el paso, provocando la mal llamada «Batalla de Guadalete», por suponer que fue junto a este río, cerca de Jerez de la Frontera, donde se encontraron los ejércitos. Los datos que se disponen hoy demuestran que debió ser entre Medina Sidonia y la Laguna de Janda. El caso es que durante ocho días, del 19 al 26 de julio de 711 d.C., hubo violentos enfrentamientos y el resultado fue un desastre para D. Rodrigo y sus partidarios, y para los demás españoles, ya que si al principio hicieron retroceder a los moros y judíos que se incorporaron al ejército Nord-africano, los partidarios de Akhila, enemigos encubiertos de sus mismos compatriotas, en lo más encarnizado de la lucha, les traicionan pasándose al enemigo.
Los visigodos, desconcertados, huyen, pero Tarik decide no abandonar España.
TEODOMIRO
Dos años tardaron en llegar a Tudmir los musulmanes.Tudmir o Tadmir, nombre que recibe nuestra comarca de quien la gobierna, por lo que era preciso conocer su personalidad.
Y realmente se le empieza a conocer a partir de su vida en la corte, lo que ocurre a principios de la última década del siglo VII, rondando los 20 años, sin llegar a ellos. Dado que los autores no coinciden en el título ejercido, pues le otorgan desde Capitán o General, hasta Rey de Orihuela, pasando por Príncipe, Conde y Duque, hemos de analizar la organización de la Corte Visigoda, para lo que es preciso aplicar el significado correcto, que en esa época tenían las palabras:
- Gardingo, significaba guardar.
- Comes, de donde deriva Conde, que se empleaba como compañero, puesto que acompañaba a los reyes o príncipes, tanto en tiempos de paz como en tiempos de guerra. Fue Constantino quien hizo de este nombre un título de Dignidad o Nobleza. Se concedía a los oficiales de confianza que desempeñaban alguna labor o cargo importante.
- Duque, del latín dûcere, que significa guiar.
Se llamaron Duces entre los romanos, los capitanes que guiaban los ejércitos. Después hubo Duques con jurisdicción civil y criminal, para guarda y defensa de todas las tierras sujetas al Imperio, llamándose Provinciales y Limitáneos los de las fronteras.
Los Godos, que imitaban en todo a los romanos, trajeron a España el nombre de esta dignidad, sabiendo por los concilios de la época que también tuvieron sus Duques Provinciales y Limitáneos.
Según los textos oficiales de la época, y los decretos conciliares, dos son las Órdenes de Notables: Los Seniores y Los Gardingos. Los primeros podían ser Condes o Duques, estando destinados a cuidar el Palacio, recibiendo el nombre de Cubiculariorum; o preservar el Tesoro de la Corona, denominándose Patrimoniorum; si era la Documentación de lo que había que responsabilizarse, Scanciarum; si del Tesoro del Reino, Thesaurorum; si de la caballería, Stabuli y Spartarii si se encargaba de la guardia.
La Orden de Los Gardingi o Gardingios, formaban la escolta personal del rey, al que juraban lealtad hasta la muerte, llevando hasta sus últimas consecuencias tal juramento en caso de asesinato del rey, sus Gardingos debían seguirle.
Lo único que nos puede inducir a esclarecer un privilegio de otro es la firma de documentos, pues hay unos que únicamente poseían atribuciones para estampar su firma: Los Seniores, que eran Condes o Duques, en las Actas conciliares, lo que implicaba estar revestido de un grado jerárquico más elevado.
En las Actas Conciliares del XVI, Concilio Toledano, año 693 d.C., en las que se refiere a Sisiberto, Obispo de Toledo, como conspirador, en los siguientes términos:
«Puesto que Sisiberto, Obispo de la Iglesia Toledana, fue hallado culpable de maquinaciones tales como no sólo intentar privar del reino a nuestro serenísimo señor el rey Egica, sino además, pretender matarlo junto a Frogello, Teodomiro Liuvila, Leuvigato y Tecla, y los demás…» de donde se desprende que si querían matarlo junto al rey debía ser un noble, por cuyo algo cargo se hallaba cerca del rey, es decir, un Duce, Conde o Cardingo.
Dicho lo cual y como no aparece su firma al pie del Acta, antes mencionada, es lógico deducir que fuera un Cardingo. Hay quienes lo describen como varón amador de las Sagradas Letras, admirable por su elocuencia y experto General o Almirante.
El caso es que confiando en su capacidad, el año 695 d.C. es destacado a este litoral al mando de una guarnición con la que rechaza lo que pudiera ser un intento de conquista Bizantina en unas tierras que estuvieron anteriormente, posiblemente, pero ahora dirigidos desde las Baleares, puesto que las dominaron desde el año 534 al 798 d.C., en el que las ocuparon los musulmanes, sin llegar a ser nunca territorio Visigodo.
Se cuenta que el Rey Egica, para agradecer los servicios prestados y su fidelidad, le recompensó con unas tierras, ofreciéndole en matrimonio a una hija de un noble hispanorromano, fijando su residencia en esta zona definitivamente, por lo que muy bien podría haber sido nombrado Duque Provincial. En «Historia de los Mozárabes de España, deducida de los mejores y más auténticos testimonios de los escritores Cristianos y Árabes», de Simonet, publicada por la Real Academia de la Historia de 1897, lo cita como Duque.
Otros, basándose en el nombre, Theodomiros, lo sitúan como griego, cuya familia se asentó aquí durante la dominación bizantina, como tantos otros y que su ambición le lleva a escalar los peldaños del poder, por lo que si estuvo presente en la batalla de La Janda, al ver los últimos esfuerzos de unos hombres extenuados, reagrupó los dispersos restos del ejército vencido, replegándose hacia el sureste.
En el verano del 712, El Moro Muza, viene con refuerzos en apoyo de los sarracenos de la Península, para lanzarse a la conquista abiertamente y tras asegurar la de Andalucía, siguen hacia Extremadura. Como el sitio a Mérida se prolonga por espacio de un año, durante el cual los Cristianos de Sevilla se rebelan y consiguen dominar la plaza, envía a sus hijs Abd Allah y abd al Aziz, a reprimir aquel conato de insurrección, lo que tras conseguir, este último sigue hacia el Norte, entrando en el territorio de Tadmir.
Teodomiro movilizó a sus hombres dirigiéndose al encuentro de Abd al Aziz, procurando como gran estratega que era, luchar en los parajes donde podía sacar ventaja, evitando presentar batalla en campo llano, pues conocía a sus hombres y al enemigo, quien también se da cuenta del plan a utilizar, intentando hacerle salir a campo raso y allí alcanzarle, circunstancia que se da cerca de Cartagena, según Al-Himyari; aunque hay quien lo sitúa en Lorca; donde los cristianos sufrieron cuantiosas bajas, por lo que volvieron a refugiarse al Castillo de Orariola, Capital de Tadmir, -ante tal situación, cuando todo parecía perdido, Teodomiro pone en funcionamiento su inagotable imaginación y con la astucia que le caracterizaba, ordenó a las mujeres que se vistieran de hombres y armadas de lanzas y chuzos, subieran a coronar la cera y el Alcázar.
Al llegar Abd al Aziz, y comprobar lo bien guarnecida que estaba la ciudad y lo predispuesta a resistir, queda sorprendido y brinda la paz; Teodomiro personalmente pactó una capitulación honrosa, pues si bien el Moro proponía que se aceptara la fórmula SHUL, que comportaba una total sumisión, Teodomiro consiguió que fuera el HAD, o sea, un tratado de paz que permitía cierta autonomía política y una libertad de religión y de fe.
En ambos tratados, los sometidos debían pagar un tributo consistente en especias y moneda, con la salvedad que el esclavo pagaba únicamente la mitad de lo convenido. Si esto fuera verdad -versión de los árabes- deberíamos pensar que la elocuencia de Teodomiro y la prisa de Abd al Aziz, por poner fin a su empresa, podían ser los motivos de la concesión de tales beneficios. No obstante, si tenemos en cuenta que tal narración no es siquiera original, ya que la aplicaron para justificar la veces que se enfrentaron a Teodomiro, cuantas veces fueron rechazados y con grandes pérdidas para los moros, llegamos a la conclusión de que los Moros no tuvieron más remedio que reconocer la autonomía del Jefe Godo, en el tratado o carta de seguridad.
Además, en un escrito de la época realizada por Saavedra, con un latín no del todo correcto, deja claro que debió ser así.
Tehudimer, qui in Sapaniae partibus non modicas arabum intulerat neces (necas) et diu exagitatis (exagitatas), pacem cum eis foederat habendam
Traducción: Teodomiro, que en las partes de Hispania había realizado muertes no medianas de árabes, y durante largo tiempo, había hecho un pacto para tener paz con ellos.
La realidad es que, gracias a las escaramuzas de Teodomiro, se consiguió extender el tratado de paz. El texto de dicho pacto, según diferentes versiones, está redactado en los siguientes términos:
En el nombre de Allah, el misericordioso, el compasivo: Este escrito de Abd Al Aziz Ben Musa, para Tudmir ben Gandaris; ya que se ha sometido a la paz, tenga el pacto de Allah y su confirmación, y no se le retrasen sus noticias y sus enviados, y que tienen la protección de Allah y de su Profeta, dque no se le impondrá a nadie sobre él, ni se rebajará a nadie de sus compañeros para mal, que no serán cautivados, y que no se separarán entre ellos y sus mujeres y sus hijos; que no se quemarán sus iglesias, y que no se forzará en su religión, y que su paz es sobre 7 ciudades: Auriola, Mula, Lorca, Valentila, Locant , Iyyih y Bqsra, y que no deje de cumplir lo pactado, y que no deshaga lo acordado y que cumpla lo que le hemos impuesto y le hemos obligado a cumplir; que no nos oculte noticia que sepa, y que él y sus compañeros tienen el impuesto de las parias, que son: para el hombre libre un dinar, cuatro almudes de trigo, cuatro de cebada, 4 medidas de vinagre, una medida de miel y una de aceite; y para todos los esclavos, la mitad de esto.
Atestiguaron este escrito:
- Utman ben Ubayda al Qurasi
- Habib ben Abi Ubayda al Qurasi
- Sadun ben Abd Allah al Rabíi
- Sulayman ben Qais al Tuyibi
- Yahya ben Yämar al Sahmi
- Bisr ben Qays al Lahmi
- Yiguis ben abd allah al Azdi
- Abu Asim Sahmi
Escrito en rayab del año 94 de la hégira (abril de 713 d.C.)