Historia de Elche | Elche de Castilla -Capitulaciones de Alcaraz-
En Alcaraz se firmaron las capitulaciones que llevan el nombre del lugar, entre el príncipe, su padre, Rey de Castilla y Aben Hudiel, rey de Murcia, junto a los alcaides de Orihuela, Alhama, Aledo, Cieza, Alicante, Cartagena, Chinchilla y Ildj -Elche-.
En este acuerdo se acata la soberanía del rey cristiano, de tal forma se excluía al Emir de Granada de supeditarlas bajo su mandato. Se entregaron varias plazas importantes y la mitad de las rentas del reino, con la proposición de alinear la política foránea con la de Castilla.
El príncipe Alfonso hizo su entrada en la capital murciana el 01 de mayo de 1243. Los pobladores de las ciudades que se habían separado y algunas otras del reino, entre las que se encontraba Ildj, se alzaron defendiendo lo que interpretaban como su integridad y en contra de ser avasallados.
El sometimiento de los Musulmanes
Los Musulmanes fueron sometidos y eran conscientes de la táctica castellana a partir de entonces. Consistía en crear grandes conejos y poderosos, profistos de un amplio alfoz y numerosos fueros, con el objeto de disponer de fuertes núcleos urbanos en que apoyar el éxito de su política conquistadora -en este caso reconquistadora-. De esta forma actuaron con Alicante, donde asentaron un enorme contingente de pobladores cristianos, la mayor parte soldados armados, caballeros y peones, haciéndoles poseedores de pingües herencias y alguna que otra donación. Por ejemplo, el infante Don Manuel entregó a su hermano un vasto territorio, que abarcaba desde Villena a Santa Pola, creando el Señorío de Elche. Estamos hablando del primer Señor de Elche.
Con esto pretendía convertir al concejo alicantino, aprovechando su excelente posición estratégica, política, militar y comercial en una clara avanzada del Reino de Murcia, frente a la expansión territorial creciente de la Corona de Aragón con dirección al sur, rebasando la antigua demarcación del Pacto de Cazola -1179- Camino del Bajo Segura. De este modo va dejando a sus leales al frente de cada guarnición; en Elche quedó el infante Don Manuel, hermano del príncipe, como adelantado del reino de Murcia, concediéndole en herencia las villas y castillos de Elche, Crevillente, Valle de Elda hasta Villena.
Los castellanos ocupan el sector denominado Arrabal Cristiano, que se llamó Pobla de Sant Jordi, comprendiendo desde esa calle hasta alrededor de la actual Porta Oriola. Ambas comunidades se gobiernan de acuerdo con sus leyes y autoridades, no interfiriendo en sus costumbres y creencias, aunque por parte de los moros existiera un resquemor por el hecho de tener que claudicar.
En lo sucesivo y durante dos siglos aún, solo los árabes del Reino de Granada se zafarán de la dominación política de los cristianos, que desde el Centro y Aragón van reconquistando la Península.
Tratados de Tudilan, Cazolam y Almizrra
En el discurrir de tales avances se llegó a plantear el problema de la delimitación de ambas reconquistas: Aragonesa y Castellana, por lo que en 1151 se llevó a efecto el tratado de Tudilán, estipulando que Aragón se encargaría de los reinos de Valencia y Murcia. Más tarde, en 1179, según el tratado de Cazolam, Alfonso II de Aragón aceptó que los aragoneses no llegaran más allá del Puerto de Biar, con lo que todo el Reino de Murcia sería para los castellanos.
A pesar de lo acordado, el tiempo y el afán de conseguir victorias actúan favoreciendo el olvido a lo pactado y transgreden lo que sus antecesores convinieron, por lo que se hizo necesario renovar la promesa firmando un nuevo tratado el 26 de marzo de 1244, el de Almizrra o Campo de Mirra, en el que según la crónica del Rey D. Jaime I, se planteó lo siguiente:
Aquest fo lo depertiment de les terres quel infant hagues Almansa, e Sarazull, e el riu de Cabriol. E nos que haguessem Castalla e Biar, e Releu, e Sexona, e Alarch, e Finestrat, e Torres, e Polop en la Mola, ques prop de Agnes, e Altea, e Tormo quis encerrva dins los termens. E en aço faem nostres cartes bollades entre nos e el infant dô Alfonso: e partim bôs amichs...
Así pues, la línea divisoria de los reinos de Valencia y Murcia partían al Noroeste, en el río Cabriel -Cuenca-, quedaba en el de Murcia Jorquera y subiendo por Cofrentes hasta la Muela de Cortés, el río Ayora, afluente del Júcar por la derecha, con Jarafuel. Seguía por la Canal a Almansa, penetraba por Enguera y Onteniente a Fuente la Higuera y por Zafra y Cañada a Valencia; desde Biar hasta la costa por el Mont-negre; quedando para Murcia: Yecla, Jumilla, Villena, Sax, Elda y Alicante, Novelda, Aspe, Monforte, Agost y Busot. Y en el sur, Elche, Crevillente, Catral y Callosa de Segura, Orihuela, Abanilla, Albatera, Cox y Guardamar.