Palacio de Altamira

Palacio de Altamira Elche: El Alcàsser de la Senyoria

El Palacio de Altamira, también conocido como El Alcàsser de la Senyoria, es un edificio que fue residencia de los señores de la ciudad entre los siglos XV y XIX. En la construcción de esta fortaleza se pueden distinguir tres fases:

  • Una primera, de época almohade, de finales del siglo XI y principios del siglo XII y que se aprecia en el primer cuerpo de la gran torre y algunos basamentos

  • Una segunda, obra de los siglos XV y XVI, a la que corresponde la mayor parte del edificio, levantada tras la toma del señorío por Gutierre de Cárdenas, definida por una contundente y amplia actuación realizada con mampostería en los rellenos y sillería encadenada en las esquinas.

  • La tercera es la que se ve en la gran fachada sur, del siglo XVIII y que oculta el primitivo acceso medieval.

Historia y Características del Palacio de Altamira

Con la conquista musulmana, los árabes desplazan la ciudad primitiva -que debido a su ubicación más alta denominaron Alcudia- a una zona más baja y llana llamada Vila Murada, que es el lugar en que se asienta actualmente Elche.

De este modo, el lugar donde existió la Elche ibero-romana-visigoda, se ha convertido en un yacimiento arqueológico de primer orden y se han hallado ingentes cantidades de objetos de gran importancia histórica y cultural. El más conocido es la Dama de Elche, hoy en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid.

Su planta es poligonal, con ángulos definidos por cubos circulares en saliente, excepto la zona que ocupa la torre de planta cuadrada de tres pisos de altura. En 1913 fue convertida en una fábrica de tejidos y en la actualidad alberga el Museo Arqueológico y de Historia de la ciudad.

El monumento se encuentra en un perfecto estado de conservación tras ser restaurado de forma integral, respetando su singularidad arquitectónica y su historia, en la década de los años ochenta del pasado siglo.

Durante la guerra de Sucesión, al ser la ciudad de Elche leal al Archiduque Carlos, sufrió los envites de las tropas borbónicas, al igual que volvió a sucederle hacia el año 1808, con la invasión de las huestes napoleónicas en tierras valencianas. Todo ello dejó el monumento, junto con el uso civil posterior, en lamentables condiciones de conservación, pero afortunadamente hoy está totalmente recuperado.

Edad Media - Primera Fase

La ciudad de Elche queda bajo el dominio musulmán y con ello se traslada cerca del cauce del río Vinalopó. Esta zona en la que se instaló la ciudad musulmana se conoce como la Vila Murada, construida a finales del siglo X durante el califato de Omeya, dejando abandonada la antigua Illici romana que estaba situada en la actual Alcudia. Otro núcleo urbano independiente estaba formado en el año 1243 como arrabal cristiano, en las afueras de la muralla.

Pero tras el tratado de Almizra de 1244, es cuando tras el reparto del reino de Murcia entre las coronas de Castilla y Aragón, Elche entró a formar parte de la corona castellana y por ello fue creado el señorío de Elche.

Posteriormente, después de la rebelión musulmana del año 1265 y tras la conquista del sur de la provincia de Alicante por Jaime II de Aragón en 1296, es en el año 1305 cuando se firma el Tratado de Elche, quedando este bajo protección y autoridad del Reino de Valencia.

Es entonces, y a continuación de la conquista cristiana y el traslado de la población musulmana a la zona del Raval, cuando se acomete la construcción de un alcázar para reforzar el poder defensivo, en un edificio de pequeñas dimensiones que se encontraba en la zona fronteriza de Elche, siendo además un lugar militarmente estratégico, lo que en aquella fase histórica resultaba crucial.

Edad Moderna - Segunda Fase

Esta época abarca los siglos XVI y XVII, donde tuvieron lugar múltiples conflictos sociales. Fue con la llegada de la familia de los Cárdenas cuando la arquitectura del Palacio de Altamira, después de sucesivas reformas, comenzó a hacerse imperceptible.

Fue precisamente Gutierre de Cárdenas, cuando invadió en 1481 la Villa de Elche, el que llevó a cabo el proyecto. Se apoderó del viejo Alcázar -Palacio de Altamira- y la Torre de la Calahorra.

Muchos años después, con la llegada de Jordi de Cárdenas -año 1609 al 1611-, se acomete la segunda fase de la construcción del edificio, convertido en la primera mitad del siglo XVI en castillo señorial gótico.

Se construyeron muros de mampostería en los rellenos y sillería encadenada en las esquinas, amén de levantar torreones redondos en dichas esquinas y una gran torre cuadrangular en los lados centrales, aderezado con decoraciones defensivas. Según algunos historiadores, este diseño pudo haberse basado en el Castillo de la Atalaya de Villena, dadas sus similitudes.

En el comienzo del siglo XVIII llega la abolición de los Fueros de 1707, creándose el cargo de alcalde Mayor que será elegido por el señorío.

Sin embargo, será en los próximos años de la década de los treinta de este siglo, cuando la oposición de la Villa vuelva a aparecer y renazcan algunos conflictos, acompañados por otra parte de un crecimiento económico derivado de la agricultura y el comercio con Alicante, lo cual crea nuevas fortunas que desembocarán en la crisis de los años sesenta.

Es entonces cuando los burgueses pedirán la ley de libre comercio.

En el año 1764, el duque de los Arcos decidió arreglar el antiguo alcázar y en el año 1780 pasó a formar parte de las posesiones del Marqués de Altamira, que introdujo un enorme escudo nobiliario, el cual se ve en la fachada del edificio.

Es precisamente en este período cuando el Palacio adopta una imagen barroca, debido a las reformas de los anteriormente citados personajes influyentes de la vida ilicitana. Esta imagen barroca es significativa en la fachada principal, situada al sur del castillo, junto a la Torre del Homenaje.

Edad Actual - Tercera Fase

Posteriormente a la Constitución de 1812, en la que se anulan los derechos señoriales, los últimos señores de Elche, los Marqueses de Altamira, venden todos sus bienes, entre los que se encuentra el Palacio de Altamira, que se convierte en una fábrica de lonas y, posteriormente, en cárcel.

En el siglo XIX, Elche obtuvo el título de Ciudad durante el reinado de Amadeo I, en el año 1871. En esta época se produjeron grandes acontecimientos, como el de la industrialización de telas locales gracias a la importación del telar mecánico y la llegada del ferrocarril.

Ello abrió camino a una nueva autarquía formada por fabricantes de alpargatas y tejidos, que más tarde auspiciaron la fabricación del calzado desde comienzos del siglo XX, lo que otorgó fama a la ciudad.

Gracias a esto también se crearon entidades financieras y las primeras Sociedades de Socorros Mutuos Obreros, así como la Agrupación local del PSOE y del sindicato de la Unión General de Trabajadores -UGT-.

Pero a pesar de los graves conflictos sociales y políticos que trajo el comienzo del siglo XX, emerge una figura significativa en la historia de Elche, un arqueólogo llamado Alejandro Ramos Folqués. Realizó grandes aportaciones, como la clasificación de la cerámica y esculturas íberas, amén del estudio estratigráfico del yacimiento de La Alcudia. Fue, además, director Excavaciones en este sector.

Palacio de los Duques de AltamiraPalacio de Altamira al atardecer bajo el cielo nublado, Elche
Créditos: Foto de depositphotos.com

Estos acontecimentos llevaron a la creación del Museo Arqueológico y de Historia de Elche -MAHE-, en el año 1940, declarado monumento histórico artístico nacional en el año 1962. En 1982 fue desplazado al Palacio de Altamira, en el que se habilitó una parte para la ejecución del proyecto que se encargó al arquitecto Antonio Bru Serrano, respetando los elementos más importantes del edificio.

Este mismo arquitecto acometió otra remodelación en el año 2003, con el fin de habilitar parte del espacio para el MAHE. El resultado fue una mezcla que combinaba la restauración de los elementos arqueológicos antiguos con la inclusión de obras modernas. Se remodeló la Torre del Homenaje con el fin de habilitar una sala donde pudiera ubicarse la Dama de Elche.

Por si fuera poco, unido al Palacio se proyecta un sótano de 3.000 metros cuadrados, que sumado al total de la construcción, aportan nada menos que 7.000 metros cuadrados en total. Aquí se albergan salas de restauración, conservación y almacenaje, así como una biblioteca y actividades didácticas y exposiciones varias.

Si desea más información sobre este y otros Monumentos de Elche, no dude en visitar las Oficinas de Turismo de nuestra ciudad.

Las colecciones

Los fondos iniciales del Museo están compuestos por la "colección de antigüedades" de Pedro Ibarra, a los que se sumaron, hasta 1948, materiales ibéricos y romanos de La Alcudia.

En 1972, se añadieron a estos fondos y se incorporaron parcialmente a la exposición permanente las esculturas ibéricas del Arenero del Vinalopó (Monforte del Cid), que fueron descubiertas de manera fortuita, así como los resultados de las excavaciones realizadas por Alejandro Ramos Folqués y Rafael Ramos Fernández en el Parque de Elche.

Destaca aquí una esfinge (siglos V-IV a.C.) asociada a dos figuras antropomórficas, una divina y otra humana, siendo esta última la representación del alma de un difunto en su tránsito al Más Allá. La escultura se exhibe junto a la recreación de un monumento turriforme, utilizando los sillares encontrados en el mismo yacimiento. Sin duda, esta es una de las piezas más destacadas de la sección dedicada a la cultura ibérica.

Pocos años después, entre 1979 y 1981, Rafael Ramos Fernández realizó excavaciones en el yacimiento conocido como Promontori de l'Aigua Dolça i Salà, ubicado al norte de la localidad, en una pequeña meseta sobre el río Vinalopó, donde se destaca un conjunto de cerámica campaniforme.

También en 1981, Ramos Fernández excavó en el yacimiento de Caramoro I, un asentamiento fortificado correspondiente a la cultura de El Argar (2200-1500 a.C.), ubicado en una colina cercana al río Vinalopó, justo en la zona norte del Promontori. Posteriormente, con motivo de la construcción de la autovía A-7, se llevaron a cabo nuevas intervenciones en 1989 y 1993, dirigidas por los arqueólogos Alfredo González Prats y Elisa Ruiz Segura.

En el Museo Arqueológico de Elche (MAHE) se muestran en las vitrinas piezas provenientes de donaciones. Por ejemplo, los restos de la Cova de les Aranyes (en la actualidad de Santa Pola) fueron donados en 1967.

Estas piezas, incluyendo un vaso cerámico con decoración incisa e impresa no cardial, son las producciones más antiguas exhibidas en el MAHE, con una cronología del horizonte epicardial (5150-5050 a.C.). También se encuentra material donado del yacimiento eneolítico (3000-2000 a.C.) llamado Figuera Reona, un asentamiento en llano a la derecha del río y actualmente absorbido por la población. Descubierto por Pedro Ibarra en 1900 y excavado por A. Ramos Folqués en 1940 y 1965.

Además, se incluyen donaciones realizadas por el Grupo Ilicitano de Estudios Arqueológicos (GIEA), una asociación de aficionados muy activa en los años 80 del siglo XX, así como la reciente donación (2010) de materiales, principalmente islámicos, del Castellar de la Morera. Sin embargo, en general, los objetos donados al Museo carecen de significado y están totalmente descontextualizados.

Finalmente, a partir de la aprobación de una normativa de patrimonio, se incorporan fondos relacionados con excavaciones en el término municipal, en su mayoría provenientes de actuaciones de salvamento debido a obras urbanísticas o públicas.

Parte de estos fondos se integran en la exposición museográfica, como las piezas ibéricas del yacimiento de El Arsenal (1992) o el conjunto de materiales de una tumba ibérica de cremación del siglo II a.C. hallado en la Hacienda Botella. La mayoría de las piezas de la sala dedicada al Elche andalusí también provienen de excavaciones de urgencia.

Efemérides y curiosidades

A finales del siglo XVIII, debido a las terribles condiciones de las cárceles de la corte, obligaron a los alcaldes a instalar a los presos en las que se ubican dentro de la Fortaleza del Palacio de Altamira.

El día 21 de marzo de 1829, un terremoto dejó maltrecha la escarela de caracol que conduce a los terrados de Poniente. Debido a ello se inutilizó hasta la parte superior para evitar sucesos más graves.

Ese mismo año, en agosto, se sabe que pertenecía aún al Excelentísimo Sr. Conde De Altamira.

En 1861 rue reconocida por el Ayuntamiento de Elche la propiedad del Palacio a la Casa de Altamira. Alquilaron sus salas, pozos y mazmorras para la cárcel que utilizaban.

El 8 de marzo de 1897, el Palacio de Altamira pertenecía al Duque de Baena y fue transferido a Don Manuel Menéndez de Madrid por 15.000 pesetas -90€-. El 17 de marzo de 1913 es adquirido por Don Diego Ferrández Díez, por 10.000 pesetas -60€-. Allí instaló, junto a la cárcel, una fábrica de tejidos en 1915, año en que se procede al derribo interior de todos los compartimentos y tinajeras de la parte de Levante y la división con el patio central.

El 15 de julio de 1959 se canceló totalmente su uso como cárcel, fundamentalmente por haberse producido un hundimiento en el lugar de paso para la Torre del Homenaje, donde se encontraba el dormitorio de los reclusos. Los presos se trasladaron a Alicante.

El 24 de octubre de 1961 es declarado Monumento Histórico Artístico Nacional.

A través del siguiente enlace te invitamos a conocer la Historia de Elche

Información Adicional

Precios

  • Generales: 3 €

  • Estudiantes y Grupos: 1 €

  • Carnet Jove, jubilados y familias numerosas: 1,5 €

  • Entrada Libre: Niños menores de 6 años y personas con movilidad reducida.

Horarios

  • Lunes a Sábados: de 10:00 a 18.00 horas

  • Domingos y festivos: de 10.00 a 15.00 horas

Dirección del Palacio de Altamira

Palacio de los Duques de Altamira | Alcàsser de la Senyora
Calle Diagonal del Palau, 7, 03202
Elche -Alicante- España
T: 96 665 82 03

 

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