Molí del Real y Acequia Mayor | Molinos de Elche
Desde la construcción de la Acequia Mayor han pasado ya bastantes siglos y, en ese tiempo, se erigieron una serie de molinos y fábricas que utilizaban la fuerza del agua para mover su maquinaria. Entre ellos destaca el Molí del Real.
Además de las dos construcciones, encontramos, a ambos márgenes de la Acequia Mayor, varios ejemplares de Chopo Ilicitano, una especie alóctona originaria del valle del río Éufrates. Su plantación se debió, probablemente, para consolidar el inestable terreno junto a la acequia.
Es una muestra más de la variada arquitectura hidráulica ilicitana y otros elementos ligados directamente a esta, como el mencionado Molí del Real.
Molí del Real
Esta construcción data del siglo XVIII, aunque algunas fuentes indican que su origen es de la época islámica.
Un salto de agua en la Acequia Mayor conseguía mover las muelas para triturar el grano, para posteriormente transformarlo en harina. Durante sus últimos años de funcionamiento lo hizo como molino maquinero, es decir, cualquier agricultor podía llevar su grano al molino, molerlo y obtener la preciada harina. El molino se quedaba una parte de esta como cobro por el servicio.
El Molí del Real fue propiedad privada hasta el año 1957, cuando el Ayuntamiento de Elche, cuyo alcalde era José Ferrández Cruz, lo compró, además de la casa agrícola y el huerto adyacente -Hort del Real- a José Coves Amorós, por 25.000 de las antiguas pesetas.
Se utilizó entonces como tallera para elaborar la famosa palma blanca, hasta el final del siglo XX. Permaneció algunos años cerrado hasta que el Ayuntamiento envió un proyecto al Ministerio de Agricultura, en 2013, para rehabilitar el molino y hacer un museo del agua; no se obtuvieron las subvenciones necesarias y se tuvo que rehabilitar parcialmente, cediéndolo a la Asociación de Bellas Artes de Elche en febrero de 2014.
Esta asociación expone algunas de sus obras en la estancia principal y se puede visitar de forma gratuita todos los domingos por la mañana.
Entre los elementos constructivos del Molí del Real destaca su fachada oeste, en la cual se pueden observar unos contrafuertes unidos por doce arcos de medio punto.
Acequia Mayor
Hasta principios del siglo XX eran varios los molinos harineros construidos en el curso de la Acequia Mayor, así como otros para producir aceite o directamente vinculados a la industria de la alpargata.
Tras la construcción del Canal de Desviación -enlaza con la Acequia Mayor bajo la presa del Pantano-, se construyó una pequeña central hidroeléctrica que aprovechaba el salto de agua producido por la unión de ambos conductos. En la actualidad, la central se encuentra abandonada y en pésimo estado, aunque existe un proyecto de rehabilitación que aún no se ha llevado a cabo.
Los Molinos de Elche
Hay que remontarse unos mil años atrás, en la época andalusí -Califato Omeya de Córdoba, hacia la segunda mitad del siglo X-, para hacernos una idea de la increíble antigüedad de esta obra.
Según Pedro Ibarra, erudito en temas ilicitanos, los romanos ya canalizaron las aguas salobres del río Vinalopó para el regadío, aunque las investigaciones indican que no fue en el lugar actual; fueron los andalusíes los que diseñaron la configuración original de la Acequia Mayor, igual que varios partidores y canales secundarios que riegan los huertos de palmeras y una parte del campo ilicitano.
Fue un extraordinario sistema de riego adaptado a unas condiciones de extrema sequía, algo a lo que aún estamos acostumbrados hoy día.
La Acequia Mayor tomaba el agua del azud situada en la Casa de les Taules -hoy no existe-, junto con el también desaparecido Molí dels Magros, aunque cambió su ubicación en distintas épocas por la destrucción de los azudes, debido a riadas de agua.
La acequia y los canales han sufrido muchas reformas a lo largo del tiempo, aunque hay algo que ha llegado intacto hasta nuestros días: Los nombres, que heredaron de las alquerías a las que proporcionaban agua, como las alquerías de Albinella, Asnell, Anoy, Alinjasa, Daimés, Matrof, Nafis, Saoní, Sinoga, etcétera.
Después de la conquista cristiana en al siglo XIII, los vencedores se hicieron con el control de la Acequia Mayor y asignaron casi todo su caudal a los huertos situados al este del río, en los huertos cristianos. Al oeste del río, el otro lado, se encontraban las tierras que fueron cedidas a los musulmanes, que recibían agua de la Acequia de Marchena -una derivación de la Acequia Mayor, con un caudal sensiblemente menor.
Se establecieron dos comunidades de riego para la administración de ambas acequias, de modo que la Mayor era regentada por el Consell de la Vila dels Cristians y la de Marchena por la Aljama Musulmana del Arrabal de Sant Joan -lo que hoy es el Raval-, hasta que expulsaron a los musulmanes en el año 1609.
A pesar de que existen vestigios de solo once molinos, en un documento redactado por el procurador del Marqués de Elche, en el año 1589, se indica que había trece molinos harineros.
El Molí del Real es el único que se conserva, aunque parcialmente, en la actualidad, pero hubo otros como el Molí de Palmereta, cuyo nombre aparece en diferentes actas municipales del siglo XVIII, cuando fue comprado, en el año 1886, por una sociedad de empresarios ilicitanos fabricantes de alpargatas, los cuales iban a utilizarlos para la producción de lona.
Más tarde, alrededor de los años 60 del siglo XX, fue una fábrica de cerámica y, en la actualidad, se encuentra el Monasterio de Santa Clara, de uyo interior sobresale una chimena que formaba parte de dicha fábrica de cerámica.
A pocos metros del anterior molino, hacia el norte, se encontraba el Molí de les Dos Moles, donde se estableció una fábrica textil, llamada la Fábrica de Ferrández, junto a la cual se construyeron una casas bajas que servían de vivienda a los trabajadores. Hoy día siguen habitadas.
Al otro lado del Pont del Bimil·lenari imagen de abajo-, al norte, se encuentran los restos del Molí de la Rambla, el cual aprovechaba el salto de agua del partidor de Marchena y cuyo recitnto llegó a ocupar una enorme extensión. Hoy día todavía se pueden apreciar algunos restos.
Junto al anterior y a mayor altitud se encuentra el Molí del Cèntim -O Molí de la Torreta-, que fue comprado a principios del siglo XX para establecer una fábrica de textiles, del cual aún podemos ver una chimenea.
A unos centenares de metros al norte de este último, se encontraba el Molí Nou, que data del siglo XV -1423-, también llamado en la época Molí de la Llacuna, ya que estaba situado junto a una pequeña laguna, que hoy no existe.
Se trata del primer molino que fue de propiedad municipal y fue arrendado a particulares harineros hasta el siglo XIX, cuando fue finalmente vendido. Durante el siglo XX se utilizó para producir electricidad, hielo e industria del mármol, pero cerró en la década de los sesenta del pasado siglo. Actualmente se erigen unas edificaciones dedicadas a la industria que un día existió allí.
El agua de la Acequia Mayor se divide en fils d´aigua -hilos de agua- y sus fracciones; cada hilo corresponde a doce horas de agua. Actualmente se sigue repartiendo mediante subasta y se utiliza en su mayor parte para el riego de los huertos de palmeras municipales.