Palmeral de Elche: Cómo fue declarado Patrimonio de la Humanidad

Palmeral de Elche: Cómo fue declarado Patrimonio de la Humanidad

Palmeral de Elche, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Esta organización ha desempeñado un papel crucial en la protección de los bienes culturales de valor universal excepcional en riesgo de desaparición.

Sin embargo, la responsabilidad de gestionar y divulgar el Patrimonio de la Humanidad, junto con sus raíces identitarias, recae en las instituciones públicas locales.

Estos aspectos son de gran importancia en el turismo cultural, ya que este tipo de turismo se basa en el patrimonio material e inmaterial legado a lo largo de la historia y en el interés de los visitantes por aprender sobre diversas culturas.

Por ende, este estudio analiza el impacto turístico y patrimonial de la designación de la UNESCO en un sitio específico de Patrimonio de la Humanidad: el Palmeral de Elche (España). Este conjunto de huertos de palmeras, que forman un oasis agrícola heredado de la época de Al-Ándalus, destaca por varios aspectos singulares:

  • Su origen artificial, concebido por los habitantes locales para enfrentar el clima cálido y las tierras áridas y permitir la agricultura.

  • El uso de acequias para el riego, que distribuye agua a las parcelas y las palmeras circundantes.

  • Las construcciones y costumbres relacionadas con la cultura del agua, como los molinos y la subasta pública del agua.

  • La versatilidad de la palmera datilera en la vida cotidiana y la artesanía local.

El Comité del Patrimonio de la Humanidad definió el Palmeral de Elche como un paisaje de huertos de palmeras con sistemas de riego elaborados, que se remonta a la fundación de la ciudad musulmana de Elche en el siglo X, siendo un ejemplo único de prácticas agrícolas árabes en Europa.

Huerto de Palmeras, Elche

Durante el siglo XVIII, el Palmeral experimentó un período de esplendor debido al crecimiento económico y demográfico de Elche, llegando a contar con 200,000 palmeras datileras en su término municipal.

Sin embargo, este desarrollo también trajo consigo la transformación de huertos en áreas residenciales y, posteriormente, la industrialización y la urbanización afectaron negativamente al Palmeral, causando su destrucción parcial para dar paso al ferrocarril y a la expansión urbana.

La visita de la Emperatriz Elisabeth de Austria al Huerto del Cura en el siglo XIX contribuyó a consolidar la imagen del Palmeral como un lugar exótico. A pesar de estos desafíos, el Palmeral de Elche sigue siendo un testimonio vivo de la historia y la cultura local, destacando su importancia como sitio de Patrimonio de la Humanidad.

Hablar de huertos ya no se limita a discutir sobre agricultura, sino que implica hablar de la propia ciudad. La corona de palmeras que solía rodear la ciudad ahora está rodeada por ella, fusionada en su entorno urbano, mientras que simultáneamente la comunidad se va desvinculando gradualmente del estilo de vida que solía definir las señas de identidad de este pueblo.

El Palmeral experimentó cambios significativos en su historia durante el siglo XX, marcando un antes y un después en su preservación. En los primeros años de este siglo, surgió un movimiento social liderado por Pedro Ibarra y Ruiz, archivero municipal y erudito de la ciudad, que abogaba por la protección y conservación de este patrimonio.

Parque Municipal Palmeral de Elche

En 1933, el Ministerio de Agricultura de la II República Española emitió un Decreto Estatal declarando de Interés Social a estos huertos de palmeras, lo que prohibía su tala y establecía el Patronato de El Palmeral para su gestión, aunque este último no se activó hasta finales de siglo.

Durante la posguerra, los huertos recuperaron su importancia como zonas agrícolas debido a la escasez de alimentos, aunque esta época contrasta con la declaración de 1943 que nombró a todo el conjunto del Palmeral como Jardín Artístico Nacional, sin delimitar específicamente sus límites, pero destacando el Huerto del Cura por su actividad turística.

A lo largo del siglo XX, se implementaron diversas medidas de protección, como la Ordenanza de Palmeras en 1951 para organizar la urbanización dentro de los huertos y su integración en el Plan General de Ordenación Urbana de los años 60. Sin embargo, estas medidas no protegieron los valores agrícolas y condujeron a la transformación de muchos huertos en áreas urbanas o infraestructuras públicas.

No fue hasta los años 80 cuando se retomaron las iniciativas de protección del Palmeral de Elche, especialmente con la Ley 1/1986 sobre la Tutela y Protección del Palmeral. A pesar de la existencia de esta legislación, los huertos permanecieron abandonados hasta finales de los años 90, con una pérdida significativa de su extensión original.

Huerto de Palmeras en ElcheHuerto de Palmeras en Elche

El punto de inflexión llegó en 1996, cuando el Ayuntamiento de Elche implementó medidas para la conservación de los huertos, como el "cheque verde", y estableció la Estación Phoenix en el Hort del Gat para investigar sobre la palmera datilera.

En 1998, se intentó inscribir el Palmeral de Elche en la Lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO junto con El Misteri d’Elx, pero este intento no prosperó debido a la extensión demasiado grande del área propuesta.

Finalmente, en 1999 se inició una nueva candidatura, centrándose en un área más específica del Palmeral, que fue inscrito como Sitio Cultural por la UNESCO en el año 2000.

Aunque la UNESCO no participa directamente en la gestión de estos sitios, su reconocimiento aumenta la popularidad del lugar y promueve el turismo cultural. En el caso de Elche, tras la declaración como Patrimonio de la Humanidad, el número de turistas aumentó significativamente en los años siguientes.


NOTA: Imágenes de Depositphotos.com

Relacionado