¿Adicto a Facebook?: 7 síntomas reveladores para contestar a la pregunta
Facebook se ha convertido en una parte tan importante de nuestra vida ahora que con más de mil millones de usuarios, uno puede tirar una piedra a una muchedumbre y seguro que le cae a un usario de la red social. La participación de los usuarios en las actividades de Facebook, como actualizar estados, publicar fotos, comentar y dar «me gusta» también ha aumentado en los últimos años.
Dada la accesibilidad y la facilidad de uso de Facebook, no es de extrañar que cada vez más personas sean adictas a este popular sitio. Uno puede preguntarse, ¿qué tiene de malo si uso Facebook con frecuencia como medio de entretenimiento o para mantenerme en contacto con mis amigos? Bueno, no hay nada malo.
Sin embargo, cuando las actividades en Facebook comienzan a interferir con tu vida cotidiana y se vuelven perjudiciales para tu quehacer diario en el trabajo o en la escuela, instituto o universidad, es posible que tengas un problema.
Aquí hay algunos signos reveladores de la adicción a Facebook que debes tener en cuenta.
Compartir en exceso
En un momento en que muchos internautas están preocupados por el tema de la privacidad online, es extraño descubrir que todavía hay muchos de nosotros que voluntariamente compartimos información sobre nuestra vida privada en Facebook.
Quizá tenga mucho que ver con la gratificación de ser reconocido o aprobado por nuestros semejantes. La necesidad de tales afirmaciones sociales por parte de nuestros amigos en nuestra red es un factor clave que hace funcionar estos sitios. Y ahí está su verdadero poder.
No tengo ninguna base para decir que compartir sobre nosotros mismos está mal porque cada uno tiene sus propias necesidades sociales que satisfacer. De lo que estoy hablando aquí es de la idea de compartir demasiado, de decir demasiado y luego arrepentirnos de lo que dijimos.
Cuando somos adictos a algo, hacemos cualquier cosa solo para obtener una dosis satisfactoria de participación en la actividad. Entonces, en el caso de la adicción a Facebook, es posible que seamos incapaces de juzgar qué es apropiado compartir, lo que permite que nuestro deseo de ser escuchado supere nuestras preocupaciones sobre la privacidad. Es evidente que todos tenemos ejemplos en nuestro círculo de amistades de Facebook que comparten sin medida.
Revisar tu Facebook siempre que puedas
Esto significa verificar si hay actualizaciones en tu canal de noticias o respuestas a tus publicaciones cada vez que estés aburrido o no tengas nada que hacer. En otras palabras, la opción predeterminada para tu actividad de tiempo libre es estar en Facebook.
Entonces ¿qué haces? Dejas tu Facebook abierto en segundo plano, volviendo a la red social, entre tus tareas diarias, cada pocos minutos. Incluso cuando estás disfrutando de una bebida con un amigo fuera de casa o del trabajo, inicias sesión en la aplicación a través de tu móvil de vez en cuando para verificar las actualizaciones.
Como resultado, te distraes con lo que sea que estés haciendo y puede que te resulte difícil estar completamente presente en ese momento. Quizás te tome una cantidad de tiempo significativamente más larga para completar tareas simples, o tus amigos se quejen de que no prestas suficiente atención a lo que dicen. Esto como mal menor.
Muy preocupado/a por tu imagen en Facebook
¿Alguna vez has pasado más de quince minutos de tu tiempo pensando en lo que debes escribir para tu actualización de estado? Después de haber decidido lo que debes actualizar y publicarlo ¿anticipas con entusiasmo cómo responderán los demás?
Esto es lo que significa cuando menciono tu 'imagen de Facebook'. Hasta cierto punto, a todos nos preocupa cómo nos proyectamos al resto del mundo, incluso cuando se trata de nuestra presencia online. Tampoco vamos a hacer un ejercicio de hipocresía.
El problema viene cuando se pierde el control pensando de forma permanente en algo genial, divertido, entretenido, etcétera, para publicar y demostrar lo extraordinario que eres.
Y no solo eso, una vez que lo publicas, vives unas horas inquieto mientras esperas que otros comenten o den «me gusta» en tu publicación, por lo que sigues revisando una y otra vez tu Facebook para ver si hay nuevas notificaciones.
«Información» en Facebook
La mayoría de nosotros hemos visto amigos en nuestra red que casi con certeza nunca dejan de aparecer en nuestro canal de noticias. Podría ser alguna actualización de estado, registro, publicación de sus fotos, etcétera.
Estas publicaciones tienden a ser sobre asuntos muy mundanos, como cuando alguien le informa a otro lo que está haciendo en un momento dado. Te informan también sobre sus rutinas diarias (por ejemplo, comer, beber y hasta hacer sus necesidades), transmiten registros en lugares poco interesantes como la calle en la que viven, cargan autorretratos, etcétera.
Si lo pensamos bien, parece un intento de recordar a los demás que existen. Eso o que para estas personas la línea que separa la vida personal con la vida online empieza a ser difusa. Parece un intento para aliviar la ansiedad que les provoca no publicar nada, por banal que parezca.
Pasar horas navegando a diario
Dedicar alrededor de una hora más o menos al día a revisar tus canales de noticias y los perfiles de tus amigos podemos considerarlo razonable, pero si comienzas a ir más allá de eso, es un indicador de un problema.
Cierto, hay mucho contenido en Facebook, como fotos, juegos, vídeos y otras aplicaciones interesantes, pero si comienzas a usar cada vez más tus valiosas horas de vigilia navegando sin rumbo en Facebook, es hora de reevaluar tu estilo de vida.
El problema empeora cuando realmente sacrificas horas de sueño para usar Facebook. Es como si la cantidad de horas que pasas despierto en Facebook no fuera suficiente. La falta de sueño sin duda afectará tu rendimiento en los estudios o el trabajo al día siguiente, y es en ese momento cuando Facebook se convierte en un problema de adicción.
La locura por agregar nuevos amigos
Para algunos usuarios, la adicción a Facebook puede manifestarse como un intenso e irrefrenable deseo por agregar más amigos. Existe una «carrera armamentista» percibida entre tú y tus otros amigos para ver quién tiene la mayor cantidad de amigos en su red.
La palabra clave aquí es «percibido» porque puedes pensar que hay una competencia, pero de hecho, puede que no la haya (es decir, a tus amigos no les importa si tienen más o menos amigos que tú). La disputa sobre quién tiene más amigos puede ser solo tu búsqueda personal para ser visto como más «popular». Horrenda palabra heredada de la cultura americana.
Curiosamente, una investigación realizada por psicólogos de la Universidad Napier de Edimburgo descubrió que los usuarios de Facebook con más amigos en su red tienden a estresarse más cuando usan la plataforma. Cuantos más amigos tengas, más te sentirás presionado para mantener la etiqueta adecuada para los diferentes tipos de amigos mientras estás entretenido.
En otras palabras, la competencia para agregar amigos puede generar un círculo vicioso de crecientes tensiones relacionadas con Facebook, lo que resulta en peores resultados de adicción.
Vida social si no estás online
A medida que te acostumbres a comunicarse en Facebook a través de mensajes, compartir fotos y publicaciones, comentar y dar «me gusta» a otros, etcétera, puedes llegar a un punto en el que te sientas más cómodo socializando online que fuera del mundo virtual.
Te vuelves demasiado dependiente de Facebook para satisfacer tus necesidades sociales y puedes comenzar a sacrificar el tiempo que dedicas a las reuniones de la vida real para tomar un café con tus amigos.
Eso no es saludable. Seamos sinceros; La comunicación cara a cara es una experiencia mucho más rica que la comunicación online, donde no se puede ver el lenguaje no verbal, como los gestos, los tonos de voz, la postura corporal, etcétera.
No es sorprendente que los mensajes de texto a menudo se malinterpreten, lo que genera «mal rollo». A la larga, tu vida social sufre porque tu comunicación se limita a Facebook y no a un amigo de la vida real.
Cómo superar la adicción a Facebook
Mirando hacia atrás a los signos y síntomas de la adicción a Facebook, me doy cuenta de que no soy inmune a ella. ¿Compartir en exceso? Cierto. ¿Actualizar mi canal de noticias cada vez que tengo la oportunidad? Cierto.
El único consuelo que tengo para mí es que no lo hago con regularidad; Simplemente caigo en la trampa de vez en cuando. Eso no se considera una adicción… espero (?).
Dar consejos para superar la adicción a Facebook puede ser muy atrevido, aunque lectura hay de sobra si se busca bien. Algunos ejemplos que he podido recabar: Reservar un tiempo fijo para revisar tu Facebook, desactivar las notificaciones, etcétera. son todas buenas elecciones. Sin embargo, podría ser más efectivo si lidiamos con la raíz del problema de la adicción averiguando por qué dependes tanto de la red social.
¿Es porque estás usando Facebook para evitar lidiar con algunas cuestiones, como tu trabajo o problemas personales en casa? Una vez que sepas cuál es el problema subyacente, tendrá más confianza para controlar tu adicción. Si no encuentras ninguno, entonces tal vez tenga que ver con el hábito.
Guarda Facebook por un tiempo, sal y experimenta el mundo fuera de las redes sociales interactuando con tus amigos cara a cara. Te darás cuenta de cuánto más maravilloso es eso que mirar las noticias todo el día. Ahí es cuando el cambio puede comenzar.