Consejos para prevenir el Fraude en las Tarjetas de Crédito
La sociedad a nivel mundial avanza imparable hacia un mundo sin efectivo. Solo en el año 2021, en España, se realizaron transacciones sin dinero en efectivo por valor de 42.000 millones de euros.
Este dato sufrió una brusca aceleración por la pandemia de la Covid-19, ya que se aconsejó realizar las transacciones vía telemática en vez de persona a persona, con dinero contante y sonante. Eso llevó a muchos usuarios a utilizar una sola tarjeta de crédito y la mayoría de negocios a establecer métodos de pago con tarjeta.
Esto también ha conseguido impulsar una tendencia al alza en lo referente a las compras online. Estas alcanzaron su punto máximo en 2021, cuando ascendieron a casi el 40% de todas las ventas. Sin embargo, para beneficiarse de las enormes ventajas y la facilidad del uso de las compras online y las transacciones con tarjeta de crédito, también hay que sacrificar algunas cosas. Disponer de una moneda fuerte da cierta tranquilidad, pero no es menos cierto que cualquier pago u operación online que conlleve el uso de tarjeta de crédito signifca que se puede rastrear hasta el mismísimo usuario que la lleva a cabo. Además, la información de sus compras puede venderse con fines lucrativos, así como los propios datos generados por el cliente.
El fraude también es un factor relevante que los usuarios han de considerar a medida que nos acercamos a un entorno de pagos digitalizado. Es especialmente relevante en 2022, con el conflicto Ucrania-Rusia, ya que los bancos están amenazados por los ciberataques rusos. Esto significa que, incluso manteniendo seguros los datos personales de tu cuenta bancaria, es el propio banco el que podría ser pirateado. Vamos a intentar dar una serie de consejos para evitar los fraudes derivados del uso de tarjetas de crédito y mantner la privacidad a buen recaudo.
¿Cómo detener el fraude con tarjetas de crédito?
La primera y principal deriva del propio usuario. Es fundamental que tengas mucho cuidado con la información personal que compartes para evitar ser víctima de un fraude. Tus datos son tuyos y no los debes compartir con nadie, y mucho menos en plataformas de mensajería instantánea. Si te los piden, por ejemplo, por WhasApp para una oferta de trabajo, simplemente te niegas, además de que el que los pide está incurriendo en delito.
¿Evito el fraude manteniendo mi privacidad?
En primer lugar, un usuario no debe dar a nadie ninguna información personal relacionada con tus cuentas o tarjetas de crédito. Jamás debes revelar el PIN de tu tarjeta de crédito ni los datos de inicio de sesión de tus cuentas bancarias.
Debes estar atento a cualquier llamada telefónica, visita a tu domicilio o correo electrócnico inesperado. Muchos estafadores se mostrarán como representantes de tu banco o quizá otro tipo de autoridad relacionada. Lo harán para que reveles información personal y poder, así, estafarte. Si notas que algo no está bien, cuelga el teléfono, ignora y borra el correo electrónico o cierra la puerta. Comunícate directamente con tu banco o donde tengas la tarjeta de crédito. Un emisor de dicha tarjeta JAMÁS TE PEDIRÁ TU PIN.
También debes evitar que tu antigua tarjeta de crédito caiga en manos de estafadores, por muy caducada que esté. En lugar de tirarla tal cual, asegúrate de cortarla con unas tijeras, por la parte del chip y la banda magnética. Además, debes triturar o «quemar» los extractos bancarios antes de tirarlos a una papelera. Los estafadores buscan en estas para encontrar dichos extractos y sacar toda la información personal que puedan (y se puede), con el fin de cometer después un fraude a través de tu tarjeta de crédito.
Del mismo modo has de hacer un seguimiento de todos los procesos desde que solicitas tu tarjeta de crédito o simplemente has renovado o pedido una de sustitución. Si esperas documentos referentes a lo anterior en un plazo determinado y este excede el previsto, debes ponerte en contacto con tu banco o entidad financiera de tu tarjeta de crédito. Asegúrate que estos últimos tienen la dirección correcta de tu domicilio, con el fin de evitar que llegue a otra persona. Y, aunque parezca una estupidez, nada de publicar en redes sociales algo relacionado con tu entidad bancaria o tarjeta.
Cómo detener un fraude estando online
Como primera medida, y no por ser repetida ha de pasarse por alto, asegurarse de que nuestro teléfono móvil o pc esté actualizado con el software antivirus más reciente. Lo mismo ocurre con las contraseñas, no solo ha de ser segura, combinación de letras mayúsculas y minúsculas, caracteres especiales y números, sino que hay que cambiarla a menudo y no utilizar la misma para varias cuentas.
Antes de visitar un sitio web, debes asegurarte de que sea seguro y legítimo. Como consejo, una dirección web que comience con HTTPS es más fuerte que una que comience con HTTP. También has de evitar el uso de wifi pública cuando hagas transacciones online. La wifi de tu domicilio o la conexión de datos de tu teléfono móvil siempre será más segura que cualquiera pública. Si por cualquier razón no tienes opción de elegir y estás en una wifi pública, asegúrate de cerrar todas las sesiones que hayas abierto para hacer las gestiones, con especial mención a aquellas conexiones donde hayas expuesto tu tarjeta de crédito.
¿Existe alternativa a la tarjeta de crédito?
Como ya se ha explicado anteriormente, los errores con la tarjeta de crédito son evidentes y notorios, por eso mismo existe una alternativa: la tarjeta de crédito virtual. Ayudan a eliminar de un plumazo muchos de los problemas derivados de tener una tarjeta física y además están dotadas de una mayor seguridad.
PUedes usar una tarjeta de crédito virtual para comprar cualquier producto online o en tienda física, como si fuera una normal con su logotipo Mastercard o Visa. Sin embargo, estas tarjetas no están vinculadas a tu cuenta bancaria y son mucho menos rastreables que las convencionales emitidas por los bancos. Si existiera un pirateo o una fuga de datos de la información de pago, no se puede rastrear hasta tu tarjeta de crédito. Esto es debido a que el número de dicha tarjeta se convierte en una identificación TOKEN, que solo proporciona información suficiente para procesar un pago. Como quiera que tampoco reciben detalles rastreables, tus datos personales están a salvo.
Además, no has de preocuparte por perder tu número PIN, ya que no es necesario en una tarjeta de crédito virtual. Sin embargo, los pagos se autorizan mediante una verificación biométrica segura 3D de Mastercard. Esto significa que los pagos usan Face ID o Touch ID para realizar un pago. Con esto se consigue que el fraude con este tipo de tarjetas sea prácticamente imposible y no necesitarás preocuparte si te la han robado.
Para realizar compras en una tienda, puedes agregar una tarjeta de crédito a su billetera digital usando aplicaciones como Apple Pay o Android Pay. Como todas las demás tarjetas de crédito, las tarjetas de crédito virtuales solo se ofrecen a las personas que pasan un informe de crédito. Dicho de otro modo, que no seas moroso, que en este país ser moros significa ser un aislado social.
Conclusiones
El dinero y los métodos de pago están cambiando rápidamente junto (y de la mano) con la tecnología. En la era actual, el dinero está en gran medida digitalizado. La modernización y la creciente preocupación por la propagación de gérmenes y virus han hecho que las compras online y con tarjeta de crédito sean más populares que nunca. Sin embargo, esto genera nuevas preocupaciones de las que el dinero físico nos protegía.
El primero es el anonimato. Comprar en efectivo puede brindarte un cierto grado de privacidad, pero usar dinero digitalizado al pagar significa que tu información se entrega a la empresa a la que compras. Esto se puede vender con fines de lucro y/o poco honorables. Además, hay más posibilidades de fraude si la información de tu tarjeta de crédito cae en manos equivocadas. Incluso los propios bancos corren el riesgo de ser pirateados, ya que se sabe que Rusia realiza esta práctica. Se ha advertido a los bancos que refuercen la seguridad en medio del conflicto entre Rusia y Ucrania. Y no hablamos de cualquier país, los rusos son auténticos magos en lo que se refiere a echar abajo cualquier medida de protección en internet.
Como hemos comentado en este artículo, lo primero que debemos hacer es asumir nuestra propia responsabilidad con nuestros datos personales. Controlar y dirigir la información que damos, por ejemplo, no debemos:
- Compartir información privada en Redes Sociales.
- Dar a cualquiera los datos de inicio de sesión o PIN.
- Responder a correos electrónicos o llamadas falsas.
- Desechar nuestras tarjetas de crédito antiguas o caducadas sin destruirlas por completo.
- Dar a nuestro banco o proveedor de la tarjeta datos erróneos.
- Dejar nuestra tarjeta de crédito, con datos sensibles, en cualquier lugar y a la vista de cualquiera.
Si vamos a usar nuestra tarjeta para realizar compras online, hemos de tener en cuenta lo siguiente:
- Usar software actualizado.
- Usar una contraseña segura (independiente) para cada una de nuestras cuentas.
- Navegar y utilizar solo webs seguras (HTTPS).
- Tratar solo con negocios y sitios legítimos.
- Usar wifi privada y evitar en la medida de lo posible la wifi pública.
- Cerrar sesión de todas las cuentas una vez hayas terminado.
Y como se ha explicado detalladamente, considerar el uso de las tarjetas de crédito virtuales, ya que su seguridad está muchos peldaños por encima de cualquier tarjeta de crédito convencional. No es complicado su uso ni cuesta más caro, por lo tanto es una alternativa muy a tener en cuenta.
NOTA: Créditos de las imágenes: Depositphotos.com