Rutas imprescindibles en moto en la provincia de Alicante
Vivir un viaje en moto tiene un componente especial que lo diferencia de otras opciones de desplazamientos convencionales como el coche.
Lo saben bien los moteros, que disfrutan cada palmo del asfalto, pese a estar expuestos de pleno a las condiciones climáticas y al cansancio que implica la conducción de dos ruedas.
Este deleite es difícilmente comprensible para los que no lo conocen de primera mano. Pero elegir una buena ruta y vivirla con sus carreteras, sus paisajes y su gastronomía, se convierte en un verdadero placer.
Precisamente, la provincia de Alicante tiene mucho que ofrecer a este selecto grupo de viajeros. No sólo cuenta con un buen número de vías ideales para los moteros (secundarias, con todo tipo de vibrantes virajes), además combina la costa, las sierras naturales, las construcciones antiguas, la ciudad y los pequeños pueblos. Un contraste ideal para poner a punto la moto y pasar unas jornadas para recordar. Veamos algunas de estas propuestas.
Conocer la ciudad
Es habitual que algunos clubes de moteros establezcan un punto de partida en una ciudad, llegando de lugares muy diferentes del país (incluso de fuera de España).
Alicante es un emplazamiento perfecto para el encuentro, la última puesta a punto del vehículo y para hacerse con algunas provisiones. Pero también para hacer una visita previa antes de la partida, mientras el resto del grupo va llegando. Esta urbe combina elementos muy interesantes para los amantes de la historia y la cultura con playas y un atractivo paseo marítimo.
Resultan indispensables algunas paradas. Entre ellas, el Ayuntamiento; una construcción barroca del siglo XVIII, con sus impresionantes salones interiores. Igualmente vale la pena deleitarse con el Real Liceo Casino de Alicante, de mitades del siglo XIX, poseedor de una historia que resulta apasionante.
A pesar de lo que podría indicar su nombre, este centro cultural no ofrece juegos. Los conocidos juegos que se hallan en nuestros días en el online casino, pero sí mantiene un popular club de Bridge, en el que se organizan torneos nacionales. También es importante no dejar de lado la Basílica de Santa María, del siglo XIV, construida sobre una antigua mezquita.
Empieza el viaje
Con todo el grupo ya reunido, es el momento de subir a las motos y empezar la ruta. Una excelente opción es el Parque Natural de la Sierra de Mariola. Para ello, habrá que dirigirse hacia Alcoy, a unos 45 minutos por la A-77.
Desde allí, ya podremos empezar a conducir por el tipo de carreteras que nos gustan a los moteros, para pasar por pueblos como Bocairent o Agres, que representan una fantástica estampa, ideal para hacer un Stop, tras disfrutar de un paisaje natural de increíble belleza, con una biodiversidad única.
En estas paradas, puede probarse la excelente gastronomía de la zona, en la que predominan los arroces, los pucheros de legumbre o el Blat Picat. Y si queremos llevarnos algo para cuando volvamos a casa, el aceite o la miel son buenas opciones. Como guinda, sería perfecto hacer coincidir la visita con alguna de sus festividades de Moros y Cristianos, que se celebran en varios de los pueblos de la zona.
Cultura y costa: la combinación perfecta
Tras esta fantástica jornada, es el momento de retirarse a descansar en alguna de las localidades del Parque Natural. Al día siguiente, se inicia otra etapa. En este caso, más orientada a la historia, la cultura y la arquitectura. Se trata de los castillos del Vinalopó. Para ello, deberemos ir hasta Villena. Si queremos mantener las carreteras secundarias, nos serviría la CV-81.
Depende de donde salgamos, será algo menos de una hora de viaje. Una vez en Villena, ya podemos encontrar alguna de estas majestuosas construcciones, como ocurrirá durante el resto del camino, al pasar por Sax, Monóvar o Novelda, por citar algunas poblaciones.
Tras deleitarnos con sus platos y su oferta cultural, es un buen momento para volver hacia Alicante, nuestra base de operaciones. Pero sería una lástima hacerlo de la forma más directa, cuando con un pequeño rodeo, podemos buscar un paisaje de costa que complete este satisfactorio viaje en moto.
Bien podemos bajar hasta Santa Pola, pasando por Elche. O bien, ir en la otra dirección y dar una vuelta más grande, buscando llegar hasta Altea, Calpe o, incluso según cómo vayamos de tiempo y energías, la bellísima Cala Moraig.
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