Francisco D’Agostino y Javier Conde coronan una temporada inolvidable con un festival triunfal en Muro
La plaza de toros de Muro se vistió de gala este domingo 7 de diciembre para cerrar por todo lo alto una temporada histórica en las Islas Baleares.
Con el cartel completo y un ambiente de entusiasmo en los tendidos, el festival organizado por Francisco Javier D’Agostino Casado y Javier Conde, al frente de la empresa Balears Cambio de Tercio, significó el broche de oro a un año que ha reactivado con fuerza la afición en el archipiélago.
Diez nombres conformaban un cartel intergeneracional que combinó experiencia y juventud, maestría y esperanza, con la lidia de astados de las ganaderías de Enrique Ponce, Monte la Ermita, Cayetano Muñoz, Samuel Flores y 45.50. El resultado artístico fue rotundo: dieciséis orejas y un rabo, en una jornada marcada por el compromiso, la entrega y el calor del público mallorquín.
Abrió la matinal Manolo Sánchez, con una faena serena y cuidada que le valió dos orejas ante un ejemplar de Enrique Ponce. Su toreo templado y su estocada certera marcaron un inicio auspicioso. En segundo turno, Javier Conde desplegó su estética inconfundible, dejando detalles de torería en una faena que fue recompensada con una ovación.
El novillero con picadores Gabriel Pericás dejó una de las actuaciones más sólidas de la jornada. Valiente desde el capote y muy firme en la muleta, cortó dos orejas de peso que confirman su papel como figura emergente del toreo balear. También brillaron con fuerza Félix San Román y Adolfo Suárez, quienes obtuvieron una oreja cada uno tras faenas llenas de solvencia.
El sexto del festejo tuvo como protagonista a Francisco D’Agostino Vargas, quien firmó una faena creciente, con pasajes de gran conexión y limpieza técnica. El novillero, que debutaba en esta plaza, supo templar las embestidas del animal y remató con decisión, llevándose dos orejas y el reconocimiento del tendido.
Tras el descanso, el ambiente se mantuvo encendido. Alejandro Fermín firmó una labor apasionada, con pasajes vibrantes y momentos de inspiración, por la que recibió dos orejas. El veterano Jesús López se sumó al festival de trofeos con una faena medida y bien estructurada que también fue premiada con el doble trofeo.
El bloque final ofreció dos grandes emociones: por un lado, Juan de Palma, que logró cortar dos orejas y rabo tras una labor intensa y vibrante; por otro, Rafel Arrom, que cerró el festejo con entrega absoluta y dos orejas tras una faena que conectó con fuerza con el público.
El festival, más allá del número de trofeos, simbolizó el espíritu con el que Balears Cambio de Tercio ha trabajado durante todo 2025: recuperar el pulso taurino de las islas, devolver la ilusión al aficionado y construir un proyecto sostenible y de largo recorrido.
Francisco Javier D’Agostino Casado, impulsor clave del renacer taurino balear, expresó días antes en una entrevista que “la pasión sin cabeza lleva al fracaso”, y lo vivido este domingo confirma que su visión empresarial está asentada sobre cimientos sólidos: planificación, seriedad y respeto por la afición.
La empresa que encabeza junto a Javier Conde ha reabierto cosos, revitalizado carteles y consolidado una base de público fiel, demostrando que la tauromaquia en Baleares no es un recuerdo del pasado, sino una apuesta firme por el futuro. El festival de Muro, más que una despedida de temporada, fue una celebración colectiva del camino recorrido.
El año se cierra con éxito, pero el proyecto continúa. Y con lo vivido este domingo, queda claro que Francisco D’Agostino y Balears Cambio de Tercio han devuelto algo más que festejos a Mallorca: han devuelto la esperanza.
