El Clot de Galvany | Paraje Natural Municipal de Elche
El Paraje Natural Municipal del Clot de Galvany constituye un importante humedal en el que además encontramos algunos restos de épocas pasadas. Con una extensión de 366,61 hectáreas, este paraje está catalogado como Lugar de Interés Comunitario -LIC- y como Zona Especial Protección para las Aves -ZEPA-.
Ha resistido la masificación urbanística (Gran Alacant al sur, Arenales del Sol al nordeste), pues está situado en las pedanías ilicitanas de Balsares y El Altet y a pocos metros de la Playa del Carabassí.
Sumario:
Un poco de Historia
Excavaciones arqueológicas recientes, aunque iniciadas en el año 1997 y paralizadas hasta hace muy poco por falta de financiación, han permitido sacar a la luz los restos de una ermita datada en el siglo XVII, la cual se levantó sobre los cimientos de una edificación romana de finales del siglo I a.C. que, según investigaciones llevadas a cabo por un equipo de arqueólogos de la Universidad de Alicante, fue un asentamiento campesino que utilizaría las lagunas del Clot de Galvany y tierras adyacentes para su aprovechamiento. El yacimiento arqueológico se encuentra al noroeste del paraje y se puede visitar realizando una de los dos rutas que hay señalizadas a día de hoy.
Hacia el siglo XVIII destacaba, en las cercanías del Clot de Galvany, una gran finca de más de 600 tahúllas denominada Lo i Brisó, en cuyo interior se encontraba una imponente casa y la torre homónima -se desconoce si era defensivo-, que actualmente están desaparecidas. Hoy en día existe una charca, fuera de la zona protegida, llamada Charca Brisó.
Los terrenos adyacentes al Clot de Galvany fueron utilizados hasta finales del siglo XX para el cultivo; actualmente podemos ver antiguas terrazas de labranza integradas en el área de protección, así como algunos árboles dispersos, descendientes de aquellas labores, como algarrobos, olivos, higueras o granados.
En el interior del paraje podemos encontrar varias construcciones cuyo origen se remonta a la Guerra Civil Española. Hay alguna casamata -búnker- en el intinerario de cualquiera de las dos rutas disponibles, y aunque estas construcciones antiaéreas se encuentran en buen estado de conservación, no es posible visitar su interior. Actualmente sirven de refugio diurno para los murciélagos.
El Entorno
En el paraje encontramos varias lagunas o charcas de agua salobre inundadas la mayor parte del año y cuya agua procede, principalmente, de la lluvia y de un acuífero subterráneo. Estas charcas están situadas sobre suelos Greysoles, a saber, suelos compuestos por una amplia variedad de materiales no consolidados, cuya coloración difiere según su sequedad o humedad.
En torno a estas charcas se encuentra el área del saladar, la cual raramente podemos encontrar encharcada, en la que prolifera una vegetación halófila 1 muy similar a la del Fondet de la Senieta y saladar de Agua Amarga.
Algunas de estas plantas, como la Sarcocornia fruticosa o la Suaeda vera, se han utilizado durante siglos para la elaboración de jabón y vidrio, a partir de la materia resultante de la incineración de estas plantas.
1 Halófilo es el adjetivo que se aplica a los organismos que viven en medios con presencia de gran cantidad de sales.
El Clot de Galvany cuenta con numerosos miradores y observatorios de aves, dispone también de un Aula de la Naturaleza en la que se realizan diferentes actividades a lo largo del año, aptas tanto para escolares como adultos.
Es desde estos puntos donde conviene comenzar la visita al paraje, ya que nos informarán con detalle sobre los itinerarios disponibles y sobre la fauna y flora fundamentales del enclave.
Rutas por el Clot de Galvany
Actualmente se pueden realizar dos rutas en al paraje. La primera, denominada El Humedal, discurre por diferentes ecosistemas como una zona de terrazas de antiguos cultivos o la zona del saladar, entre otras, sin olvidar las casamatas y miradores.
Se extiende a lo largo de las antiguas terrazas agrícolas, donde se ha configurado un paisaje adehesado que resalta la presencia de venerables algarrobos y olivos, sobre un rico manto de matorral compuesto por lentiscos, palmitos, efedras, espinos y otras especies reintroducidas mediante campañas de revegetación, como la lavanda.
En este primer segmento, se pueden apreciar vestigios del pasado agrícola, tales como las viejas eras, balsas de riego y muros de piedra en las terrazas de cultivo, además de observar aves como jilgueros y verderones.
Cercano al humedal y a los saladares, el paisaje se transforma en franjas de vegetación de alcolechas y juncos, que actúan como un puente hacia los bosquetes de tarays. Estos se localizan en las orillas de las charcas, llegando a tocar el agua.
Sin lugar a dudas, uno de los mayores atractivos de esta ruta es la presencia de charcas, tanto naturales como artificiales, donde, gracias a los observatorios de fauna, es posible contemplar con facilidad una gran variedad de aves acuáticas, como las cercetas pardillas y las malvasías.
La segunda se denomina El Monte y la Loma, un poco más larga que la anterior y discurre por zona de charcas, saladar y monte, pasando por varios miradores, observatorios de aves, casamatas y restos de trincheras.
Este recorrido señalizado nos aleja de la llanura y del humedal, llevándonos a explorar los montes y lomas del Cabeço-Carabassí, que rodean el Clot.
Durante el trayecto, se podrá apreciar una notable masa de pinos y las comunidades vegetales características de la zona, donde se encuentran palmitos y lentiscos, sobre un manto de matorral aromático de tomillos, destacando la presencia de cantueso y romero.
En esta área también florecen dos especies de orquídeas silvestres de gran belleza, aunque su reducido tamaño y la brevedad de su periodo de floración dificultan su localización para el observador.
A medida que se asciende, se accede a vistas panorámicas del humedal y los saladares, lo que nos permite un mayor entendimiento del entorno; la existencia de varios miradores facilita la contemplación de hermosas vistas tanto del humedal como de los montes circundantes y de humedales cercanos (Fondet de la Senieta, Agua Amarga,…) e incluso de los impresionantes cordones dunares del Altet y Arenales.
A lo largo del trayecto, se pueden observar diversas estructuras militares (trincheras, búnkeres,…) que son herencia de la Guerra Civil y un testimonio del pasado histórico de la zona.
En este entorno montañoso, se puede observar la fauna típica de los ambientes forestales, incluyendo aves y pequeños mamíferos, entre los cuales destaca por su belleza y simpatía el escurridizo Lirón careto.
En el Clot de Galvany se realizan rutas guiadas gratuitas todos los domingos y días festivos, a las diez de la mañana. Se recomienda llamar con antelación a la Concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Elche, con el fin de consultar actividades o cocertar una visita. El teléfono es: 966 658 028. De momento, no está permitido el acceso de mascotas y animales de compañía.
La amenaza urbanística
En diciembre de 1978, la empresa Gran Alacant S.A., que urbanizó gran parte de la sierra de Santa Pola, presentó al Ayuntamiento de Elche el Plan Parcial Lago de Elche, que consistía en construir una macro urbanización para 11.000 personas, con edificios entre tres y dieciocho plantas, en torno a un lago artificial que se alimentaría de agua marina y el el que se introducirían diferentes especies de peces que nada tenían que ver con la fauna original del Clot del Galvany.
Al mismo tiempo, la vegetación se sustituiría con numerosas especies foráneas. Se presentó el pertinente informe que, entre otras lindezas, afirmaba que la insalubre zona era un foco de enfermedades.
La empresa estaba convencida de la aprobación de su proyecto, de tal modo que comenzó a realizar movimientos de tierra y a desecar parte del humedal. Esto fue denunciado por el Club Los Linces -ADENA-Elche, en febrero de 1979.
El Ayuntamiento de Elche inició entonces un expediente por infracción urbanística, el cual concluyó con una sanción de 1.900.000 pesetas y la paralización del proyecto, aunque la configuración del Clot de Galvany ya había cambiado notablemente.
Un año más tarde, en 1980, la empresa presentó un nuevo proyecto con varias modificaciones, el cual fue aprobado de forma provisional por el Ayuntamiento de Elche, que recalificó los terrenos.
Pero el Instituto para la Conservación de la Naturaleza -ICONA-, presentó un recurso en noviembre de 1982, que consiguió paralizar el proyecto, hasta que en 1985, el Consell denegó la aprobación definitiva aportando diferentes informes elaborados por las universidades de Valencia, Alicante y Murcia, amén del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
Dos años más tarde, en 1987, la Audiencia Territorial de Valencia dio la razón a Gran Alacant, S.A., obligando al Ayuntamiento de Elche -el cual había declarado el suelo no urbanizable en 1986-, a negociar con este. Pero el Tribunal Supremo anuló la sentencia y el proyecto no se ejecutó. El Ayuntamiento de Elche, con la presión social ya latente, decidió adquirir los terrenos del Clot de Galvany, lo cual hizo en 1994, e inmediatamente inició la recuperación del humedal.
Dónde está El Clot de Galvany
NOTA: Imágenes de Depositphotos.com