Glosario COVID-19 | Términos y Definiciones del Coronavirus SarS-CoV-2
Glosario COVID-19 | Términos y Definiciones del Coronavirus SarS-CoV-2

COVID-19 Diccionario| Términos y Definiciones del Coronavirus SarS-CoV-2

Este diccionario COVID-19 intenta salir al paso de algunas dudas surgidas por la ingente información que ha provocado la pandemia. La exposición de la ciudadanía a noticias constantes sobre el virus y sobre epidemiología, así como la presencia frecuente en la esfera pública de especialistas hablando sobre el tema, han introducido en nuestra vida cotidiana múltiples términos y conceptos que a veces resultan confusos. Agradecemos a la Generalitat Valenciana la elaboración de este imprescindible documento. Puedes consultar las medidas actuales que afectan a Elche y la Comunidad Valenciana.

Aerosoles, transmisión por

Al hablar (sobre todo en voz alta), cantar, gritar, toser, estornudar, o simplemente respirar, emitimos pequeñas gotas por la nariz y la boca que pueden contener gérmenes. La transmisión respiratoria a través de estas gotas es la principal vía de contagio del SARS-CoV-2 (y también de otras infecciones respiratorias).

La transmisión de infecciones por gotas se simplifica en dos modalidades:

  • Transmisión por gotas mayores de 5 micras de diámetro (micra: milésima parte de 1 milímetro), que caen al suelo en minutos y recorren distancias cortas (menos de 1,5 metros, de ahí las me- didas de distanciamiento físico).
  • Transmisión por microgotas de menos 5 micras, llamadas aerosoles, que permanecen mucho más tiempo en el aire (incluso horas) y recorren distancias mucho más

La protección frente a la transmisión del SARS-CoV-2 por aerosoles se basa principalmente en la disminución de su concentración (mediante la ventilación frecuente de los espacios cerrados y la reducción del número de personas que comparten el mismo espacio), y de la exposición personal a las mismas (uso de mascarillas y reducción del tiempo que se pasa en espacios abarrotados y poco ventilados).

Aforo

Capacidad de personas permitidas en el interior de un espacio. En las distintas fases de la pande- mia, las autoridades sanitarias han establecido cuál era el número máximo de personas permitidas en el interior de comercios, restaurantes, aulas, medios de transporte, incluso en terrazas de hostelería, con la finalidad de disminuir el riesgo de contagio.

Anticuerpos

Los anticuerpos (usualmente abreviados como «Ac»), también conocidos como inmunoglobulinas (usualmente abreviado como «lg»), son proteínas generadas por el sistema inmunitario (células plasmáticas) para identificar y neutralizar elementos extraños al propio organismo, como las bacterias y virus.

Los Ac son específicos frente a cada agente infeccioso y se generan como respuesta a un contacto previo con tal agente infeccioso. Por tanto, y como norma general, detectar Ac en una persona (por ejemplo, frente al SARS-CoV-2) sugiere que esa persona ha pasado la enfermedad (o está en las fases finales de la misma) y que, probablemente, tiene algún nivel de inmunidad.

La detección en sangre de Ac específicos del SARS-CoV-2 -COVID-19- suele emplearse en estudios de seropre- valencia, para saber si una persona ha pasado la enfermedad o, en combinación con la información clínica y otras pruebas, para aproximar el momento en que se encuentra un paciente en la evolución de la enfermedad.

Anticuerpos, test de

Las pruebas de anticuerpos (o pruebas serológicas) no identifican la presencia del SARS‐CoV‐2 en los organismos humanos, sino los anticuerpos producidos por nuestro organismo para defenderse del virus. Por ello, su objetivo principal es identificar la infección pasada por SARS‐CoV‐2 -COVID-19-, incluso en personas que nunca tuvieron síntomas.

Estas pruebas se realizan en las fases tardías de la infección, cuando nuestro organismo ya ha tenido tiempo de generar anticuerpos, pero ocasionalmente pueden ayudar en el diagnóstico de la infección actual, es decir, en curso. Por ejemplo, en una persona sospechosa de COVID-19 pero que ha tenido PCR negativa, una prueba de anticuerpos IgG positiva sugiere infección pasada antes que actual.

Las pruebas serológicas pueden detectar diversos tipos de anticuerpos o inmunoglobulinas (Ig), siendo más frecuentes las que detectan IgM, IgG, ambas, o anticuerpos totales. Estos tipos de anti- cuerpos tienen un comportamiento diferencial en el tiempo y pueden ayudar a situar el momento en que está el paciente en la evolución de la enfermedad: tanto las IgM como las IgG son detectables a partir de las 2-3 semanas de la infección, pero las IgM desaparecen rápidamente en semanas mientras las IgG permanecen durante meses (y quizás años). Por ello, la presencia de IgM (con o sin IgG) sugiere infección relativamente reciente, y la presencia de solo IgG, un mayor tiempo desde la infección.

Las pruebas de anticuerpos pueden realizarse mediante:

  • Pruebas rápidas, en muchos casos con una gota de sangre obtenida por un pinchazo en el dedo. Se realizan en consulta y se pueden interpretar en pocos minutos.
  • Pruebas de ELISA (siglas en inglés de Enzyme-Linked Immunosorbent Assay), que usualmente utilizan muestras de sangre venosa, son realizadas en laboratorios especializados (y, por tanto, con menor rapidez), y son más sensibles y específicas que los tests rápidos.

Las pruebas serológicas no permiten determinar, al menos actualmente (octubre 2020), si una persona concreta es «inmune», pero ayudan a conocer qué proporción de la población ha sido infectada previamente, un aspecto de gran interés en las estrategias de control de la COVID-19. También pueden ayudar en la selección de pacientes para la donación de plasma de personas con anticuerpos, una potencial estrategia de tratamiento cuya eficacia está en estudio actualmente.

Antígenos

Cualquier molécula reconocida como extraña por el cuerpo humano y que genera una respuesta inmunitaria específica, ya sea mediada por anticuerpos o por células (linfocitos).

Usualmente se abrevian como «Ag».

Antígenos, test de

Prueba diagnóstica de infección activa que detecta una o varias proteínas del virus.

Se utiliza un hisopo para tomar una muestra de fluidos de la nariz o la garganta y se obtienen re- sultados en unos pocos minutos, por lo que también se conocen como pruebas rápidas, aunque no deben confundirse con las pruebas rápidas de anticuerpos.

Las pruebas de antígenos son más rápidas y baratas que las pruebas PCR, y pueden ser útiles en muchas situaciones.

Aunque en los momentos iniciales de la pandemia algunas de estas pruebas eran muy inexactas, las actuales pruebas de antígenos (octubre 2020) tienen una alta sensibilidad y especificidad cuando se usan en personas sintomáticas (con valores algo inferiores, pero cercanos a los de las pruebas moleculares). En estos pacientes, los resultados positivos permiten confirmar la presencia de enfer- medad, mientras que los resultados negativos (siempre en pacientes sintomáticos) no permiten des- cartar la presencia de infección activa (falsos negativos) y podrían requerir, si el médico lo considera, la realización de una PCR.

La utilidad de las pruebas de antígenos en personas asintomáticas o en cribado poblacional no está establecida actualmente (octubre 2020), y es previsible que sean menos exactas en estas personas.

Las pruebas de antígenos deben prescribirse, realizarse e interpretarse por profesionales sanita- rios. No están diseñadas para realizarse directamente por los consumidores en sus casas y pueden ofrecer resultados inexactos en usos inadecuados.

Asintomático, paciente

Persona que, estando infectada por el coronavirus, no presenta los síntomas asociados a la enfermedad. Se usa el término oligosintomático para las personas que desarrollan síntomas leves y, usualmente, de corta duración.

El término «asintomático» suele usarse para las personas que no desarrollan síntomas durante toda la evolución enfermedad, pero ocasionalmente incluye también a personas pre-sintomáticas (personas en período de incubación de la enfermedad o en los días previos al inicio de los síntomas) o post-sintomáticas (en los días inmediatamente posteriores a la desaparición de los síntomas).

Existe una gran discusión sobre la mayor o menor capacidad de transmisión de las personas que son completamente asintomáticas durante toda la evolución de la enfermedad, o sobre el momento en que los post-sintomáticos dejan de ser contagiosos (actualmente, y para el caso de pacientes no hospitalizados, se considera un mínimo de 3 días tras la desaparición de los síntomas).

Los pacientes pre-sintomáticos, especialmente en los días inmediatamente anteriores al inicio de los síntomas, suelen ser altamente contagiosos. Algunos estudios sobre la COVID19 muestran que los casos asintomáticos son más frecuentes en niños y jóvenes.

Anosmia

La anosmia es la pérdida total del sentido del olfato. Puede ser temporal o crónica. Cuando la pérdida es parcial se utiliza el término de hiposmia.

La anosmia (o hiposmia) es un síntoma frecuente en la COVID-19 y uno de los más característicos. Se debe a que el virus infecta unas células de la cavidad nasal (células gliales) que actúan de soporte a las neuronas sensoriales olfativas. Suele ir acompañada de la pérdida total (ageusia) o, más fre-cuentemente, parcial (hipogeusia) del sentido del gusto.

La mayoría de las personas afectadas recuperan la capacidad olfativa en pocas semanas tras superar la enfermedad, pero también existen casos en que la anosmia o hiposmia se prolonga durante meses.

Brote epidémico

Aparición repentina de casos de enfermedad en un lugar y tiempo determinados (por ejemplo: brotes alimentarios de salmonelosis, brotes de sarampión, brotes de meningitis).

El concepto es un sinónimo de «epidemia», pero este segundo término se usa más frecuentemente cuando el brote se ha descontrolado y se mantiene en el tiempo, aun en un área geográfica concreta.

El Ministerio de Sanidad define un brote de coronavirus como «cualquier agrupación de tres o más casos confirmados o probables con infección activa en los que se ha establecido un vínculo epidemiológico». En el caso de residencias sociosanitarias un solo caso es suficiente para considerarlo brote.

Bulos COVID

La OMS (Organización Mundial de la Salud) señala que la pandemia del COVID-19 ha estado acompañada por una verdadera «infodemia», es decir, una epidemia de desinformación y falsedades.

Es importante cuestionar la información que se difunde por canales no oficiales, que no cita fuentes autorizadas, o que contradice otras informaciones científicamente consolidadas. Durante la pandemia también se han difundido muchas otras informaciones falsas o especulativas sobre la efectividad de potenciales tratamientos que no han demostrado eficacia hasta la fecha en estudios clínicos controlados. Ejemplos de bulos muy difundidos durante la pandemia de COVID-19 incluyen que las mascarillas causarían intoxicación por CO2 o hipoxia (falso), que beber metanol, eta- nol, lejía o gel hidroalcohólico prevendría o curaría la COVID-19 (falso y extremadamente peligroso) o que las redes 5G de telefonía móvil ropagan la COVID-19 (falso).

Caso, definición

Conjunto de criterios aplicados uniformemente para determinar si una persona debe ser identificada como portadora de una enfermedad, lesión u otra condición de salud en particular. En epidemiología, particularmente para la investigación de un brote, la definición de caso señala los criterios clínicos y los detalles de tiempo, lugar y persona necesarios para contabilizar la incidencia de una enfermedad.

Los criterios suelen ser provisionales al principio de una epidemia y se van perfeccionando a medida que aumenta el conocimiento o se dispone de pruebas diagnósticas válidas.

Caso de COVID-19

En la COVID-19 se emplean diferentes definiciones de «caso», que dan lugar a diferentes estadísticas y que pueden cambiar a lo largo del tiempo. En general, en España se considera:

  • Caso sospechoso: cualquier persona que presenta un cuadro clínico de infección respiratoria aguda de aparición súbita y de cualquier gravedad, que cursa, entre otros síntomas, con fiebre, tos o sensación de falta de aire. Otros síntomas como la odinofagia, anosmia, ageusia, dolor muscular, diarrea, dolor torácico o cefalea, entre otros, pueden ser considerados también síntomas de sospecha de infección por SARS-CoV-2 según criterio clínico.
  • Caso probable: cualquier persona que presenta infección respiratoria aguda grave cuyo cuadro clínico y radiológico es compatible con COVID-19 pero cuyos resultados de pruebas diagnósticas de infección activa (por ejemplo, PCR) son También se considera caso probable a los casos sospechosos con pruebas diagnósticas de infección activa no concluyentes.
  • Caso confirmado con infección activa: los casos sospechosos que son positivos en las pruebas diagnósticas de infección activa (PCR, pruebas de antígeno).
  • Caso confirmado con infección resuelta: personas asintomáticas con serología IgG positiva, independientemente del resultado de la PCR o las pruebas de antígenos.
  • Caso descartado: caso sospechoso con pruebas de infección activa negativas (e IgM también negativa si esta prueba se ha realizado) y en el que no hay una alta sospecha clínica.

Los casos sospechosos se deben mantener en aislamiento a la espera de los resultados de las pruebas de infección activa.

Los casos confirmados con infección activa desencadenan procesos de aislamiento y rastreo para identificar el posible origen del contagio y las posibles personas a las que el caso confirmado actual podría haber contagiado (contactos).

Censo de contactos

Consiste en la identificación y el seguimiento de las personas que han estado en contacto con una persona contagiada por COVID-19, para que reciban rápidamente atención y tratamiento y eviten contagiar a otras personas incluso siendo asintomáticos.

Tiene tres etapas:

  • Identificación de los contactos de la persona
  • Elaboración de una lista de las personas que han estado en contacto estrecho con la persona
  • Seguimiento regular de todos los contactos para indicar medidas preventivas como el aislamiento y para detectar de inmediato síntomas y signos de infección.

A veces se habla de «rastreo» de contactos.

Cierre perimetral durante la COVID-19

Medida gubernamental que consiste en el cierre de las fronteras de una comunidad autónoma o de un municipio, con la finalidad de limitar la movilidad de las personas entre lugares con distinta incidencia de la pandemia. No se restringe la circulación interna de las personas salvo que existan medidas simultáneas (por ejemplo, el confinamiento nocturno).

Complicaciones clínicas de la COVID-19

Se han descrito diversas complicaciones asociadas a COVID-19 entre las que se encuentran las siguientes:

  • Síndrome de distrés respiratorio agudo (SDRA): es la complicación más grave que comienza tras el inicio de la disnea o dificultad para respirar. En los casos graves y críticos, el tiempo entre el inicio de la enfermedad hasta que se presenta disnea es de 5 días, para precisar hospitalización, 7 días y entre el inicio de la enfermedad hasta presentar SDRA, 8 días.
  • Complicaciones cardíacas: arritmias, lesión cardiaca aguda, shock, cardiomiopatía.
  • Complicaciones tromboembólicas: tromboembolismo pulmonar, accidente cerebro vascular (incluso en menores de 50 años sin factores de riesgo).
  • Respuesta inflamatoria excesiva: similar al síndrome de liberación de citoquinas con fiebre persistente, elevación de marcadores inflamatorios (dímero D, ferritina) y citoquinas proinflamato- Se asocia a los casos en estado crítico y al fallecimiento.
  • Otras complicaciones inflamatorias: síndrome de Guillain-Barré a los 5-10 días del inicio de los síntomas. En niños se ha descrito un síndrome inflamatorio multisistémico similar a la enfermedad de Kawasaki y un síndrome de shock tóxico.
  • Infecciones secundarias: no parecen complicaciones comunes, pero se han descrito en algunos casos. En pacientes inmunodeprimidos con SDRA se han descrito casos de aspergilosis invasiva sin que se conozca la frecuencia de esta complicación

Comunicación de riesgo

Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), la comunicación de riesgo se refiere al intercambio de información, consejos y opiniones en tiempo real entre expertos y personas que enfrentan amenazas a su salud, bienestar económico o social. El propósito final de la comunicación de riesgo es permitir que las personas en riesgo tomen decisiones informadas para protegerse a sí mismas y a sus seres queridos.

Confinamiento durante la COVID-19

Aislamiento preventivo. Reclusión, normalmente en el domicilio habitual, con la finalidad de restringir la movilidad de las personas y frenar los contagios.

Durante toda la pandemia, la mayoría de los países han optado por medidas de limitación de libertad de circulación de las personas (en España, vinculadas a la declaración del Estado de Alarma). En cada momento y lugar, las medidas de confinamiento se han acompañado de una identificación específica de las actividades que sí estaban permitidas.

Contacto estrecho

Se considera contacto estrecho de una persona portadora de la Covid-19 (y que, por tanto, se debe aislar y se debe valorar qué tests pueden ser adecuados en su caso), a toda aquella persona que haya estado en el mismo lugar que un caso confirmado con infección activa de Covid-19, a una distancia menor de 2 metros, durante más de 15 minutos.

No obstante, en algunas circunstancias, los profesionales sanitarios o de salud pública pueden considerar hacer tests a personas que no cumplen esta definición. Por ejemplo, a personas que residen en un mismo centro sociosanitario, que trabajan en una misma empresa que reúne algunas condiciones de riesgo, o en algún otro espacio colectivo donde se ha producido un brote.

El período en el que se buscan los contactos estrechos cuando se identifica un caso confirmado es, usualmente, desde 2 días antes del inicio de síntomas del caso, hasta el momento en el que el caso es aislado. En los casos asintomáticos confirmados por PCR, los contactos se buscan desde 2 días antes de la fecha de diagnóstico.

Contagio (del coronavirus SARS-CoV-2 COVID-19)

El coronavirus se transmite fundamentalmente por vía respiratoria, cuando las secreciones respiratorias (en forma de gotas o aerosoles) generadas con la tos, el estornudo, el habla, el grito o el canto de una persona portadora entran en contacto con la nariz, los ojos o la boca de una persona sana, contacto que también puede realizarse mediante las manos. Tales secreciones viajan a través de gotitas minúsculas que pueden ser impulsadas a cierta distancia, o a veces, en partículas de aerosol más pequeñas que pueden permanecer suspendidas y desplazarse más lejos.

Las gotas más grandes describen trayectorias balísticas y caen rápidamente al suelo, recorriendo distancias de entre 1 y 2 metros, por lo que muchas de las medidas de prevención recomendadas (distancia física) buscan mantener al menos esa distancia entre personas.

En algunos lugares, especialmente espacios cerrados y mal ventilados, las gotas más pequeñas (aerosoles) pueden permanecer más tiempo en el aire y recorrer distancias mayores. Otras vías de transmisión (ocular, fecal-oral, vertical y por leche materna, sexual y por sangre) se consideran inciertas o con menor capacidad de difusión.

Conviviente

Persona que vive en el mismo domicilio que una persona enferma de Covid-19 y que, por tanto, se considera contacto estrecho.

Coronavirus

Los coronavirus (coronaviridae, CoV) son una extensa familia de virus que pueden causar enfermedades tanto en animales como en humanos. La denominación (publicada en la revista Nature en 1968) se debe a las extensiones que llevan en su superficie y que visualmente recuerdan una corona solar.

En los humanos hay varios coronavirus que causan infecciones respiratorias, que van desde el resfriado común (los llamados coronavirus estacionales) hasta enfermedades más graves, como el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS, Middle East Respiratory Syndrome) y el síndrome respiratorio agudo severo (SARS). El coronavirus que se ha descubierto más recientemente (SARS-CoV-2) causa la enfermedad por coronavirus Covid-19.

CoViD-19

La OMS (Organización Mundial de la Salud) designó el virus SARS-CoV-2 como el causante de la «COVID-19» con rapidez (el 11 de febrero de 2020) para tener una etiqueta que evitara la aparición de otras designaciones potencialmente estigmatizantes. La palabra «COVID» responde al acrónimo formado en inglés por «corona», «virus» y «disease», añadiendo el número del año de su descubrimiento, 2019. La OMS también intentaba buscar un formato estándar para referirse a las nuevas enfermedades infecciosas que van apareciendo.

Esta estrategia comunicativa es importante para evitar estigmatizaciones ocurridas en otros mo- mentos similares («gripe española», «gripe aviar», «gripe porcina», etcétera.) con potenciales consecuencias negativas. Por ejemplo, en 2009, en Egipto se sacrificó a más de 10.000 cerdos por el miedo que provocó el nombre dado a la enfermedad causada por la gripe A o gripe H1N1. Por ello en 2015 la OMS propuso nuevas reglas para nombrar las enfermedades, excluyendo la alusión a nombres de personas y culturas, lugares, animales o industrias concretas.

Cuarentena COVID-19

El término cuarentena se emplea para describir el aislamiento de personas (o animales) durante un período de tiempo (que depende de cada enfermedad), con el objetivo de reducir el riesgo de difusión de una enfermedad transmisible o una plaga.

Actualmente, el concepto de cuarentena no se refiere solamente al aislamiento de enfermos en centros específicos, sino que puede incluir muchas otras medidas de prevención, tanto aplicables a enfermos como a grupos de personas o poblaciones enteras que, sin estar enfermas, tienen un alto riesgo de contraer o transmitir la enfermedad.

En el caso de la Covid-19 la cuarentena se aplica a las personas enfermas (mientras son conta- giosas, tengan o no síntomas), a los contactos estrechos de estas personas (que podrían llegar a ser contagiosos, tengan o no síntomas), o grupos de personas que, por algún motivo (por ejemplo, residir en una residencia o un edificio donde se han producido brotes), tienen un riesgo aumentado de contraer o transmitir la enfermedad.

El aislamiento supone separar a las personas que pueden transmitir la enfermedad (tengan o no síntomas) para prevenir la propagación de la enfermedad.

En el caso de la Covid-19 el aislamiento (o cuarentena) se ha establecido en 10 días desde el inicio de síntomas o, para los contactos, desde la fecha del último contacto con el caso primario del brote estudiado.

¿Cuál es la diferencia entre aislamiento, cuarentena y distanciamiento?

  • La cuarentena significa restringir las actividades o separar a las personas que no están enfer- mas pero que pueden haber estado expuestas a la Covid-19. El objetivo es prevenir la propa- gación de la enfermedad en el momento en que las personas empiezan a presentar síntomas.
  • El aislamiento significa separar a las personas que están enfermas con síntomas de Covid-19 y pueden ser contagiosas para prevenir la propagación de la

El distanciamiento físico significa estar físicamente separado. La OMS recomienda mantener una distancia de al menos un metro con los demás. Es una medida general que todas las per- sonasdeberían adoptar incluso si se encuentran bien y no han tenido una exposición conocida a la Covid-19.

Curva epidémica

Representación gráfica de las frecuencias diarias, semanales o mensuales de la enfermedad en un eje de coordenadas, cuyo eje horizontal representa el tiempo y cuyo eje vertical muestra las frecuencias, que pueden expresarse en números absolutos o en tasas por un determinado número de habitantes.

La curva ascendente representa el aumento de la epidemia, con una gravedad reflejada en el grado de inclinación. La curva descendente representa la fase de agotamiento de la epidemia, y su grado de inclinación muestra la rapidez con que se «aplana la curva», es decir, disminuye la gravedad de la epidemia.

Distanciamiento físico COVID-19

El distanciamiento físico (a veces llamado «distanciamiento social o personal») se refiere a un conjunto de medidas no farmacológicas empleadas para reducir la propagación de las enfermedades infecciosas, y cuyo objetivo esencial es disminuir el número, duración y proximidad física en los con- tactos entre las personas sanas y las potencialmente infectadas.

El distanciamiento físico es especialmente eficaz en infecciones que se transmiten persona a persona, como las de transmisión respiratoria (por gotas, aerosoles), las de transmisión por fómites (objetos inanimados como ropa de cama, pañuelos…) o de transmisión sexual. No suele ser útil en otros tipos de transmisión (por agua, alimentos, mosquitos).

El distanciamiento físico o social no se refiere exclusivamente a las medidas de distancia entre personas (la OMS recomienda mantener una distancia de al menos un metro y medio), reducción de la duración de los contactos, o uso de mascarillas, sino que también incluye medidas como la reducción de aforos, suspensión de eventos, incentivación del teletrabajo, suspensión de actividades docentes o laborales, establecimiento de cordones sanitarios, etcétera.

El distanciamiento físico, en el caso de la Covid-19, es una medida general que las organizaciones, familias y personas deberían adoptar siempre, en la medida de lo posible y teniendo en cuenta la situación de la transmisión general, ya que no está exento de importantes inconvenientes (soledad, menor productividad laboral o docente y, en general, pérdida de los beneficios asociados a la interacción humana).

Distanciamiento físico -Ver anterior-

Endemia

Situación epidemiológica en la cual cierta enfermedad se produce de forma regular en una zona geográfica o en un grupo poblacional. Por ejemplo, la malaria es endémica de África.

Epidemia

La epidemia es una situación en la que una enfermedad (no necesariamente infecciosa) se propaga superando los niveles previsibles. Por ejemplo, se puede hablar de epidemia de obesidad, o de consumo de opioides. En algunas circunstancias (por ejemplo, una enfermedad transmisible que estaba ausente de una población desde hacía mucho tiempo) un solo caso puede considerarse como epidemia.

Epidemiología

Estudio de la frecuencia y distribución de los eventos de salud y de sus determinantes en las poblaciones humanas, y aplicación de ese estudio en la prevención y control de los problemas de salud. Tradicionalmente la epidemiología se ocupaba principalmente de las enfermedades infecciosas, pero actualmente aborda todos los fenómenos relacionados con la salud de las poblaciones.

Epidemiometría

Parte de la Epidemiología que cuantifica diversos indicadores de una epidemia para poder establecer medidas de frecuencia, de asociación y de impacto potencial.

Equipo de Protección Individual (EPI)

Equipo de protección individual (EPI) es cualquier equipo, complemento o indumentaria utilizado normalmente por los profesionales de la salud para protegerse de la exposición a agentes infecciosos: batas, mascarillas, petos, viseras...

En la epidemia de Covid-19 se ha generalizado el uso de mascarillas faciales en toda la población por su probada eficacia para prevenir el contagio.

Estacionalidad (de una enfermedad)

Rasgo asociado a ciertas enfermedades (por ejemplo, la gripe) según el cual estas se manifiestan preferentemente en ciertas épocas del año (siguen patrones estacionales), normalmente por la temperatura media que caracteriza a cada una de ellas.

Muchos virus respiratorios responden a patrones estacionales, pero pese a que los primeros meses de la Covid-19 se difundieron algunas informaciones en ese sentido, en julio de 2020 la OMS (Organización Mundial de la Salud) afirmó que la transmisión del SARS-COVID-2 no se ve afectada por la estación.

Aunque las observaciones sobre los factores estacionales (temperatura, humedad, horas de sol, …) pueden ser importantes, también hay que tener en cuenta el resto de elementos que influyen en la transmisión del coronavirus, como la alta susceptibilidad a la infección de la población en su conjunto y la relajación de las medidas de distanciamiento social en algunas épocas del año; también hay que tener en cuenta que durante la invierno las actividades en espacios cerrados con poca ventilación y el hacinamiento suelen amplificar el impacto de las enfermedades respiratorias, típicamente a partir de la transmisión de los niños en los colegios, y los adultos en los centros de trabajo, celebraciones y reuniones en domicilios.

Estado de alarma

Situación extraordinaria que es decretada por el Consejo de Ministros y cuenta con el control del Parlamento, que permite limitar derechos fundamentales de manera temporal y justificada por razón de catástrofe, calamidades, crisis sanitarias, etcétera. El Diccionario Panhispánico del español jurídico habla de «una alteración grave de la normalidad».

Factor R0, número reproductivo básico

El factor R0 de una enfermedad o número reproductivo básico, es el número de nuevos contagios que, en promedio, van a ser causados por una persona contagiada durante el tiempo en el que está infectada. Cuando el número es inferior a 1 la enfermedad tiende a desaparecer, mientras que si es superior a 1 su propagación aumentará .

El número básico de reproducción R0 es el promedio de casos secundarios producidos a partir un caso, y varía en función de los contactos sociales.

Falso negativo, resultado de una prueba diagnóstica

Se conoce como resultado «falso negativo» aquel que se obtiene en una prueba diagnóstica realizada a personas que, no obstante, sí tienen la enfermedad (o el problema de salud que se busca).

  • En los tests moleculares (PCR) y de antígenos se consideran falsos negativos los resultados negativos en pacientes que tienen infección
  • En los tests de anticuerpos se consideran falsos negativos los resultados negativos en pa- cientes que han pasado la enfermedad y usualmente deberían tener anticuerpos frente a la Covid-19.

La proporción de falsos negativos tienen relación con algunas características propias del test em- pleado (sensibilidad) y con el momento y forma de la toma de muestras:

  • Los tests de PCR o los de antígenos darán más resultados falsos negativos si se realizan demasiado pronto, durante el período de incubación, cuando la carga viral es aún muy baja.
  • Los test de anticuerpos producirán más resultados falsos negativos cuando se realizan demasiado pronto, en un momento en que la respuesta del organismo ante la infección es incipiente y aún no ha generado

El valor predictivo de un resultado negativo depende, además, de la prevalencia de enfermedad (por ejemplo, de infección activa) en las personas o poblaciones que están testeando.

Falso positivo, resultado de una prueba diagnóstica

Se conoce como resultado «falso positivo» el que ofrece una prueba diagnóstica en personas que no tienen la enfermedad que se intenta diagnosticar.

  • En los tests moleculares (PCR) y de antígenos se consideran falsos positivos los resultados positivos en pacientes que no tienen infección
  • En las pruebas serológicas se consideran falsos positivos los resultados positivos en personas que no han pasado previamente la enfermedad

La proporción de falsos positivos encontrada tiene relación con algunas características propias de cada test empleado (especificidad). El valor predictivo de un resultado positivo depende, además, de la prevalencia de la enfermedad en las personas o poblaciones que se está testeando. En el caso de cribados masivos en grupos de baja prevalencia el valor predictivo de un resultado positivo puede ser muy bajo.

Fumadores y COVID-19

Se ha observado en personas que fuman una mayor expresión de la ACE 2 (enzima convertidora de angiotensina2), lo que ha sugerido que fumar podría estar en relación con un mayor riesgo de infectarse por SARS-CoV-2.

Grupos burbuja (colegios)

Se denomina «grupos burbuja» a los grupos de convivencia estable que se forman en los centros escolares de infantil y primaria para reducir al máximo el contacto con el resto de los alumnos del centro que no forman parte de ese grupo.

Los integrantes del grupo burbuja pueden jugar e interactuar entre sí, pero no con el resto de estudiantes del centro, para minimizar el riesgo de transmisión de la enfermedad y facilitar la detección de nuevos casos si se produce algún contagio.

La denominación de «grupos burbuja» se ha extendido a grupos de personas convivientes o a personas que mantienen actividades conjuntas sin interactuar con otras personas.

Grupo de convivencia estable

Grupo de personas que, por su actividad, mantienen una relación diaria con otras personas, por ejemplo, un grupo escolar; mientras dura el riesgo de contagio, es conveniente reducir las interacciones sociales presenciales con otras personas que sean ajenas al grupo.

La aplicación de este término no se restringe al ámbito escolar, sino que, por el contrario, es recomendable para toda la ciudadanía.

Incidencia

En términos generales, la incidencia se refiere al número de casos nuevos de una enfermedad en una población definida por unidad de tiempo. La incidencia mide la velocidad a la que se producen nuevos casos.

En epidemiología se diferencian dos conceptos:

  • Tasa de incidencia (o densidad de incidencia): relación entre el número de nuevos casos a lo largo de un período concreto y la suma de los períodos de seguimiento en riesgo de cada uno de los individuos a lo largo de ese período. Usualmente se mide en casos de enfermedad por persona-año, por ejemplo: un grupo de 120 personas seguidas durante 1 mes (un total de 120 meses, esto es, 10 años) en las que se ha producido 1 solo caso de enfermedad, tendrían una tasa de incidencia de 1 por cada 10 personas-año).
  • Incidencia acumulada: Es la relación entre el número de personas (previamente sanas) de una población que han desarrollado una enfermedad en un período de tiempo determinado y el número de personas en esa población en ese período.

En la pandemia de Covid-19 suelen usarse diversos indicadores de incidencia acumulada:

  • Incidencia acumulada de casos (o fallecimientos) en 14 días. Personas contagiadas en los últimos 14 días (aproximadamente el período de incubación del Coronavirus) por 100.000 habitantes.
  • Incidencia acumulada de casos (o fallecimientos) en 7 días. Personas contagiadas en los últi- mos 7 días por 100.000 habitantes. Aproxima las tendencias de transmisión de los últimos días, aunque puede estar muy afectada por los retrasos en el registro de casos.
  • Incidencia acumulada de casos (o fallecimientos) Número total de casos desde el inicio de la pandemia (registro del primer caso) hasta el momento actual, por 100.000 habitantes.

Estos datos pueden presentarse por estratos de edad (ejemplo: casos en mayores de 65 años en los últimos 14 días, por cada 100.000 personas mayores de 65 años), sexo, por unidades geográficas (continentes, regiones) o políticas (países, regiones, municipios, etcétera), etnia, país de origen, clase social, nivel educativo, o por cualquier otro estrato de interés.

En epidemiología, la diferente incidencia de una enfermedad en tiempo y lugar lleva a diferenciar entre brote, epidemia, pandemia o endemia.

Incubación COVID-19

El período de incubación es el tiempo transcurrido entre que se contrae el virus y comienzan los síntomas. En el caso del SARS-CoV-2 -COVID-19- puede variar entre 2 y 14 días, aunque la media es de 5-6 días y el 95% de las personas desarrollan síntomas antes de los 10-11 días.

En los días iniciales del período de incubación las personas suelen tener resultados negativos en las pruebas de infección activa, que suelen positivizarse 1-2 días antes del inicio de los síntomas.

La OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda el seguimiento de los casos confirmados durante 14 días. Estas estimaciones están actualizándose a medida que se obtienen más muestras y más experiencias.

Infección

Entrada y desarrollo o multiplicación de un agente infeccioso en el organismo de una persona o animal.

Infodemia

Situación de exceso de información que dificulta acceder a fuentes fiables, documentadas y veraces. La propia OMS (Organización Mundial de la Salud) señaló desde los inicios de la pandemia el problema añadido que suponían los rumores y la circulación de informaciones erróneas para la gestión de la pandemia.

Inmunidad de grupo

La inmunidad de grupo o inmunidad poblacional (a veces llamada «inmunidad de rebaño») se produce cuando una población cuenta con una proporción suficiente de personas inmunes a un determinado agente infeccioso. Estas personas actúan como un cortafuegos, limitando la capacidad de transmisión del patógeno hacia las personas no inmunes.

La proporción de población que debería ser inmune para alcanzar la inmunidad poblacional depende inicialmente de la capacidad de transmisión de cada patógeno. Para el SARS-CoV-2 -COVID-19- se ha estimado en torno al 70% de la población. Según la primera Encuesta de Seroprevalencia, sólo el 5% de la población española (menos del 3% en la Comunidad Valenciana) tenía anticuerpos frente al SARS-CoV-2 en mayo de 2020.

Otro factor importante para el mantenimiento de la inmunidad de grupo es el tiempo durante el que las personas mantienen esta inmunidad, tanto si es adquirida (vacunación) como natural (infección). Este tiempo puede ser relativamente corto si los patógenos mutan frecuentemente (ej.: virus de la gripe) o cuando la inmunidad generada es de corta duración (ej.: Coronavirus estacionales).

La inmunidad poblacional se alcanza usualmente mediante la vacunación. Ocasionalmente pueden ser necesarias revacunaciones periódicas.

Mascarillas

Las [mascarillas http://coronavirus.san.gva.es/] son un complemento a las medidas de distanciamiento físico e higiene recomendadas para evitar el contagio de la Covid-19. Cubren boca, nariz y barbilla y están provistas de un arnés que rodea la cabeza o se sujeta en las orejas.

Existen diferentes tipos de mascarillas:

  • Las mascarillas higiénicas, recomendadas para personas sanas. En el etiquetado deberían llevar el estándar de calidad que cumplen (UNE-0064 para mascarillas de un solo uso, o UNE-0065 para mascarillas lavables).
  • Las mascarillas quirúrgicas, recomendadas para personas contagiadas o sospechosas de estarlo. En el etiquetado deberían llevar el marcado CE y si cumplen el estándar de calidad UNE-EN-14683.
  • Las mascarillas EPI, recomendadas (al menos FFP2) para personas que estén en contacto con enfermos. En el etiquetado deberían indicar:
    • el marcado CE seguido de 4 números
    • si cumplen el estándar UNE-EN-149
    • las letras NR (no reutilizable) o R (reutilizable)
    • el tipo de mascarilla (FFP1, FFP2 o FFP3)
  • el filtro (P1, P2 o P3).

Durante un tiempo se autorizó provisionalmente en España la venta de mascarillas que cumplían estándares no europeos. Por ejemplo, las N95 (estándar estadounidense) o las KN95 (estándar chino) son equivalentes a las FFP2 (estándar europeo); las KN99 serían equivalentes a las FFP3. Estas mascarillas deberán pasar los procesos de certificación de las autoridades europeas o se suspenderá su comercialización cuando caduque la autorización provisional.

Medidas de prevención individual COVID-19

En todo contexto, aun cuando en nuestro entorno inmediato no haya declarados casos de Coronavirus, es recomendable:

  • Utilizar mascarilla adecuando el tipo a la situación. Por ejemplo, si se va a estar un período de tiempo prolongado en un espacio cerrado y con varias personas, es adecuado usar mascarillas
  • Ventilar los espacios cerrados con mucha
  • Mantener la distancia de seguridad con otras
  • Mantener una higiene de manos frecuente (con agua y jabón o con soluciones hidroalcohólicas), principalmente después de estar en contacto con personas enfermas o su entorno.
  • Toser o estornudar en la parte interior del codo
  • Utilizar pañuelos de un solo uso y desecharlos tras utilizarlos una vez.

Evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca, ya que las manos facilitan la transmisión.

Negacionismo de la COVID-19

Creencia de que la enfermedad provocada por el SARS-CoV-2 -COVID-19- y la pandemia asociada no existen, o que no tienen la gravedad que tiene.

Nota del redactor: Huir de los negacionistas como del virus.

Niveles de causalidad

Al preguntarnos por las causas de la frecuencia de la enfermedad, podemos diferenciar dos tipos básicos:

  • Las causas proximales o microdeterminantes, de alcance predominantemente individual: ausencia o uso incorrecto de la mascarilla, higiene de manos, frecuencia de las reuniones sociales y familiares

Las causas distales o macrodeterminantes, de alcance colectivo: por ejemplo, las políticas públicas –inversión en servicios de identificación de casos, estudio de sus contactos y aislamiento; inversión en políticas sociales para que las personas puedan afrontar medidas preventivas, etcétera; los factores condicionados por el nivel socioconómico o la pertenencia étnica, el estilo de vida (por ejemplo, el estilo de vida mediterráneo es más proclive al contacto físico y la socialización que otros), el civismo de cada sociedad (este criterio se ha aducido, por ejemplo, para explicar la distinta incidencia de la segunda ola en las sociedades orientales), etcétera.

nivel de causalidad COVID-19

 

 

 

Nuevas conductas: coches

Pueden viajar en un coche tantas personas como plazas tenga el vehículo, siempre que todas residan en el mismo domicilio, y no es necesario el uso de mascarilla. Si no conviven en el mismo domicilio, lo recomendable desplazarse dos personas por cada fila de asientos, siempre con mascarilla y respetando la máxima distancia posible entre ellos.

Nuevas conductas: colegios

La Generalitat Valenciana ha realizado un esfuerzo ingente para facilitar la asistencia de niños y adolescentes a los colegios en el segundo curso de la pandemia por Covid-19 (2020-2021).

La normativa que afecta a los y las profesionales, y a los niños y jóvenes escolarizados suponen:

  • Mantener las distancias de seguridad, lo que a veces puede suponer que algunas actividades lectivas se realicen mediante conexión digital a distancia.
  • Establecer itinerarios en los centros educativos para marcar la direccionalidad de la marcha.
  • Llevar la mascarilla durante toda la jornada.
  • Aprobar planes de contingencia en todos los centros para prever cómo se debe reaccionar en caso de identificar casos positivos de Covid-19.
  • Organizar la docencia en grupos burbuja.

Nuevas conductas: compras

Algunas recomendaciones para la actividad de ir de compras durante la pandemia son:

  • No salir a comprar si aparece algún síntoma de Covid-19.
  • Realizar las compras en solitario.
  • Evitar las horas en las que los comercios están más concurridos.
  • Utilizar los guantes y el gel hidroalcohólico que proporcionan los comercios.
  • Evitar el pago con monedas y billetes, utilizando el pago con el móvil o la tarjeta de crédito.
  • Mantener la distancia física de seguridad con las personas que se hallen en el comercio.

Lavar las manos tan pronto como se vuelva a casa.

Nuevas conductas: saludos

Para evitar los contagios es necesario mantener el distanciamiento social y evitar el contacto físico directo con otras personas. Están desaconsejados los besos, abrazos o apretones de manos y también los saludos que se realizan a muy corta distancia interpersonal, como los realizados con los codos.

Se recomiendan los saludos que preservan la distancia entre las personas, tales como la inclinación de cabeza o gestos como llevarse una mano al corazón o unir las manos en señal de respeto; la mirada es muy importante en los saludos sin contacto directo.

Algunos factores psicológicos y culturales nos llevan a saludar a nuestros seres más cercanos abandonando las precauciones de protección que sin embargo tenemos con personas menos próximas. Es muy importante vencer el prejuicio de que puede resultar ofensivo no besar o abrazar a nuestros seres queridos: en situación de riesgo, los protegemos manteniendo la distancia.

Nuevas conductas: viajes en avión

Los viajes en avión pueden plantear dudas sobre la seguridad frente a los contagios. No obstante, a pesar del gran número de viajeros, el número de casos sospechosos y confirmados de transmisión de Covid-19 en vuelo entre pasajeros de todo el mundo parece pequeño (aproximadamente 42 en total).

  • El flujo de aire en los aviones de pasajeros actuales es mucho más rápido que en los edificios interiores normales. La mitad es aire fresco del exterior, la otra mitad se recicla a través de unos filtros llamados HEPA (del inglés «High Efficiency Particle Arresting»), que son del mismo tipo que los usados en los quirófanos.
  • Otros posibles riesgos serían los derivados del contacto con otros pasajeros que puedan ser Los respaldos de los asientos proporcionan una barrera física parcial y la mayoría de las personas permanecen relativamente quietas, con poco contacto cara a cara.

Medidas de reducción de riesgos por parte de aeropuertos y aerolíneas:

  • Pruebas de temperatura y/o preguntas sobre los síntomas (fiebre, pérdida del sentido del olfato, escalofríos, tos, falta de aire).
  • Limpieza y desinfección.
  • Embarque sin contacto / procesamiento de equipaje.
  • Uso de barreras físicas y saneamiento en aeropuertos.
  • Distanciamiento físico en los aeropuertos y durante el embarque.
  • Uso de mascarillas.
  • Separación entre pasajeros a bordo cuando sea posible.
  • Ajuste del servicio de alimentos y bebidas para reducir el contacto.
  • Control de acceso a pasillos y baños para minimizar el contacto.
  • Limitar la exposición de los miembros de la tripulación a la infección.
  • Facilitación de la búsqueda de contactos en el evento que un pasajero desarrolle la infección.

Nuevas conductas: transporte urbano

Los estudios sobre el riesgo de contagio en el metro y los autobuses urbanos han llevado a la Generalitat a tomar medidas específicas para minimizar el riesgo de contagio. Así, Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (Metrovalencia y TRAM d’ Alacant) y MetroBus han compaginado las medidas decretadas por las autoridades en materia de sanidad y transporte con iniciativas propias para que los viajeros no tengan riesgo de contagios.

Medidas que necesitan la colaboración de los usuarios:

  • Obligatoriedad de llevar mascarilla en todo momento, lo que, junto a la colocación de dispensadores de geles hidroalcohólicos y la limpieza exhaustiva de estaciones, trenes y tranvías -incluso en ruta-, supone una primera e importante barrera al Coronavirus.
  • Señalización específica en el suelo para el mantenimiento de la distancia interpersonal en los andenes y dirigir los flujos de pasajeros.
  • Reorganización del servicio cuando ha sido necesario.
  • Potenciación del uso de las tarjetas de crédito para reducir el intercambio de dinero en efectivo; en MetroBus, creación del Bono10 para evitar pago en efectivo.
  • Refuerzos en la vigilancia de la seguridad.
  • Cierre de la línea de validación si fuera necesario por un volumen de viajeros excesivo.
  • Dispositivo para que las puertas del tranvía se abran automáticamente, para que el pasaje tenga el mínimo contacto con los elementos del tren.

Otras medidas:

  • Nebulización: garantiza la desinfección de todos los elementos del interior de trenes y tranvías. Esta técnica innovadora utiliza desinfectantes líquidos con una base de peróxido, transformándolos en micropartículas que se suspenden en el aire, alcanzando la totalidad de zonas, superficies y volúmenes de espacio a desinfectar.
  • Ventilación de trenes y tranvías: el caso de los trenes de FGV, se produce una renovación com- pleta del aire con una frecuencia inferior a los 3 minutos. En el caso de la flota de autobuses de MetroBus (dependientes de GVA) también se renueva por completo el aire cada 3 minutos.

El análisis científico para detectar la presencia del Covid-19, realizado en junio y en septiembre en colaboración con el Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (IATA), dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha arrojado resultados negativos en las muestras recogidas.

Número reproductivo efectivo

El número reproductivo efectivo (Re) es la estimación de cuántas personas en promedio se han contagiado cada día a partir de los casos existentes observados durante una epidemia (en el momento en el que son notificados). A diferencia del factor R0, que sería un cálculo promediado y teórico, Re es un valor que tiene en cuenta la observación a tiempo real de la epidemia y permite seguir su evolución dinámica.

En España, el Centro Nacional de Epidemiología (CNE) calcula diariamente la Re, lo que resulta de gran utilidad para la toma de decisiones y la evaluación de la efectividad de las medidas de salud pública que se van adoptando.

Odinofagia

Dolor de garganta producido en el acto de tragar.

PCR (COVID-19)

PCR son las siglas en inglés de «Reacción en Cadena de la Polimerasa», una prueba diagnóstica que permite detectar una parte del material genético de un microorganismo. En la pandemia de Coronavirus se usa para determinar si una persona tiene o no una infección activa. Normalmente, se utilizan muestras naso u orofaríngeas para hacer las PCR; también puede utilizarse la saliva.

Mediante la PCR se localiza y amplifica un fragmento de material genético que en el caso del coro- navirus es una molécula de ARN (ácido ribonucleico). Si tras analizar en un laboratorio de microbiología una muestra respiratoria de una persona que puede estar infectada se detecta ARN del virus, el resultado es positivo y se confirma que esa persona está infectada por el SARS-CoV-2.

La realización de la PCR necesita personal entrenado y preparado. Las características básicas de la PCR son:

  • Alta especificidad: puede diferenciar entre dos microorganismos muy
  • Alta sensibilidad: puede detectar cantidades muy pequeñas de material genético viral.

Paciente cero

Término con el que se hace referencia al primer ser humano afectado por un virus o enfermedad infecciosa.

Pandemia

La OMS (Organización Mundial de la Salud) considera que existe pandemia cuando se dan dos circunstancias: el brote epidémico en cuestión afecta a más de un continente, y existe transmisión comunitaria (es decir, ya no se registran solo casos importados).

Patógeno

Microorganismo (virus, bacteria, parásito u otro) que puede causar una enfermedad.

Percepción del riesgo

Este concepto, fundamental para planificar campañas de comunicación de riesgo, se refiere a las creencias individuales sobre el daño potencial que se deriva de cierta situación. El riesgo percibido no siempre coincide con el riesgo real, objetivo.

La percepción del riesgo es un juicio subjetivo de cada persona, que remite a su sistema de creencias y sus características psicológicas individuales, pero también a factores externos, como el origen del riesgo, su reversibilidad, el nivel de incertidumbre, o si responde a algún tipo de intencionalidad. Estos factores alteran las respuestas emocionales, cognitivas y conductuales a la información sobre riesgos e influyen en los niveles individuales y colectivos de preocupación, ira, ansiedad, miedo, hostilidad e indignación.

Las creencias y actitudes que fomentan una baja percepción de riesgo son muchas, y puede pen- sarse que constituyen un riesgo en sí mismas. Por ejemplo, están en la base de conductas contraproducentes como no utilizar mascarillas cuando visitamos a familiares, relajar las medidas de autoprotección para que nuestro entorno no nos juzgue como exagerados, y otras similares.

Prevalencia de la COVID-19

Número total de personas (casos nuevos y previamente existentes) enfermas por el Coronavirus SARS-CoV-2, referidas a una población determinada en un lugar y un tiempo determinado. Se suele expresar como un porcentaje o una proporción por 1.000 o 100.000 habitantes, por ejemplo, según el primer estudio de seroprevalencia realizado, el 5% de la población española tenía anticuerpos frente al virus de la Covid-19.

Como la incidencia, o la incidencia acumulada, la prevalencia es un modo de medir la frecuencia e impacto de una enfermedad.

La Covid-19, a diferencia de las enfermedades crónicas, suele ser de corta duración y la mayoría de las personas se curan en poco tiempo. Por ello es importante diferenciar entre la prevalencia de personas con infección activa (indirectamente puede aproximarse a través de la incidencia acumulada en 14 días: en un día concreto tendrán infección activa aquellas personas que hayan contraído la infección en las últimas 2 semanas) y la prevalencia de personas con infección pasada, que ya no están enfermas por SARS-CoV-2 (puede aproximarse a través de estudios de seroprevalencia).

Ocasionalmente el término se refiere a los casos nuevos y existentes con infección activa (no a los casos que ya han pasado la enfermedad).

Pruebas rápidas

Son pruebas diagnósticas que ofrecen resultados en muy poco tiempo (usualmente entre 5 y 30 minutos) y se realizan interpretan en el punto de atención (Point-of-Care Testing, PoCT) donde se tomó la muestra, sin necesidad de remitirlas a laboratorios centralizados.

En la Covid-19 se emplean pruebas rápidas para la detección de antígenos que identifican infección activa (ver «antígenos, test de»), y para la detección de anticuerpos que identifican infección pasada o en sus últimas fases (ver «anticuerpos, test de»). Existen otros tipos de pruebas rápidas en desarrollo.

Radar-COVID-19

Es una app (aplicación móvil) diseñada desde Secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia artificial, dependiente del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital con el apoyo del Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas en su implementación y evaluación, para ayudar a controlar la propagación de la Covid-19 a través de la identificación de los posibles contac- tos estrechos de casos confirmados a través de la tecnología Bluetooth.

La Conselleria de Sanitat Universal i Salut Pública de la Generalitat Valenciana empezó a utilizar la aplicación, en una primera fase de prueba, en septiembre de 2020, y la implantación se completó desde fines de octubre.

Salud mental y COVID-19

La pandemia ha alterado nuestras rutinas y supone un reto para la salud mental, sobre todo de las personas que viven solas, las que arrastran problemas psiquiátricos o somáticos, las que están en situación de dependencia, o los profesionales sanitarios o educativos sometidos a un estrés que se ha convertido en crónico, y a continuas tomas de decisiones, a menudo sin criterios claros.

La evidencia científica más reciente demuestra que la pandemia tiene efectos mentales negativos en casi la mitad de la población, efectos que se mantendrán incluso años después de su fin. Aparecen, entre otros, síntomas de ansiedad y miedo al contagio, al abastecimiento o a la situación económica y laboral; cambios del estado de ánimo, sentimientos de culpa, ideas de muerte y conducta suicida, desesperanza y depresión. Otros síntomas son aumento de la agresividad, aumento del consumo de ansiolíticos, alcohol y de otras drogas; algunos déficits cognitivos como los problemas de atención y de memoria; y síntomas de estrés post-traumático.

Según los datos que aporta la última Encuesta Nacional de Salud de España (ENSE 2017), 1 de cada 10 adultos tiene problemas de salud mental, siendo más frecuentes en las mujeres (por ejemplo, ansiedad o depresión) y 1 de cada 100 niños tiene hiperactividad o trastornos del espectro autista. Un 10% de la población adulta toma benzodiacepinas y un 20% antidepresivos de manera cotidiana. Una persona de cada 20 consultó servicios de salud mental el año anterior. Si a esta población vulnerable la sometemos a estrés continuado, los efectos sobre la salud mental y emocional se disparan, siendo más necesario aún el consumo de psicofármacos y la atención desde servicios psicológicos y psiquiátricos.

Aunque las personas más mayores, el personal sanitario y las personas con antecedentes de problemas psiquiátricos son más vulnerables, el impacto psicológico de la pandemia es independiente de la edad o del género. Además, el malestar psicológico se dispara con el tiempo de confinamiento. Por otra parte, existe evidencia muy sólida sobre los efectos negativos del aislamiento social prolongado sobre el sistema inmunológico, cardiovascular y nervioso provocando un aumento del riesgo de muerte en casi un 30%, especialmente en las personas más mayores. En resumen, la evidencia demuestra que el impacto de la pandemia Covid-19 sobre la Salud Mental de las personas es general, profundo y duradero.

Ante este escenario parece conveniente poner en marcha mecanismos para cuantificar, prevenir y controlar del impacto psicológico de la pandemia con propuestas específicas con el objetivo urgente de reducir dicho impacto.

SARS

Siglas que corresponden, en inglés, a «Severe Acute Respiratory Syndrome» (SARS), es decir, Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SRAS). Se trata de una enfermedad respiratoria viral causada por un Coronavirus, llamado «coronavirus asociado al SRAS» (SRAS-CoV).

La primera vez que se informó sobre el SRAS fue, en Asia, en febrero de 2003. A los pocos meses, la enfermedad se propagó en más de dos docenas de países en Norteamérica, Sudamérica, Europa y Asia antes de que se pudiera contener el brote global de 2003.

Secuelas del COVID-19

Muchos de los pacientes que han superado la Covid-19, incluso los que evolucionaron de forma asintomática o con cuadros leves, desarrollan síntomas posteriores (long covid) cuyos mecanismos patogénicos y su posible importancia futura son aún muy poco conocidos. Destacan los cuadros respiratorios con disnea y fatiga, problemas cardíacos, renales y neurológicos.

Seroprevalencia, estudio de

El Ministerio de Sanidad, en colaboración con el Instituto de Salud Carlos III, puso en marcha un estudio seroepidemiológico con el objetivo de conocer la incidencia del Covid-19 en cada provincia y comunidad autónoma, y consolidar el conocimiento científico sobre la transmisión del virus en los distintos entornos (dentro de los hogares y a nivel comunitario).

Se realiza mediante una encuesta en una selección aleatoria de hogares españoles, que se repetía cada tres semanas e incluyó más de 68.000 participantes. El Informe Final de Ministerio fue publica- do el 6 de julio de 2020 y en la revista científica The Lancet. Se han realizado nuevos estudios en las oleadas de otoño-invierno de 2020.

Sindemia

Término que propuso en los años 90 del siglo pasado el antropólogo Merrill Singer, como contracción de «sinergia» y «epidemia», para referirse a una situación en la que dos o más brotes epidémicos ven potenciados sus efectos por rasgos propios del contexto, por ejemplo las condiciones sociales de inequidad.

La celeridad y gravedad que presenta la segunda oleada de la Covid-19 en otoño de 2020 ha llevado a algunos expertos a proponer su adscripción a este concepto.

Síntomas COVID-19

Los síntomas más frecuentes que presentan los pacientes son fiebre, tos seca y cansancio (astenia). Otros síntomas menos frecuentes incluyen: molestias y dolores, dolor de garganta, diarrea, conjuntivitis, dolor de cabeza, anosmia y/o ageusia, lesiones cutáneas en los dedos de las manos o de los pies.

Los síntomas graves son dificultad para respirar o sensación de falta de aire, dolor o presión en el pecho e incapacidad para hablar o moverse. Requieren consulta urgente con un profesional sanitario.

Supercontagiadores, eventos

En la Covid-19 se han descrito numerosos brotes (eventos supercontagiadores, superdispersadores, hipertransmisores) en que una sola persona enferma ha contagiado a varias docenas de personas.

A las personas origen de estos brotes a veces se les llama «supercontagiadores». Pero aunque alguna de las características de estas personas puedan tener cierta importancia en los eventos supercontagiadores, la carga viral es insuficiente para producir un contagio masivo, que requiere un espacio y momento idóneo para la transmisión. Los entornos cerrados, mal ventilados o con aire reciclado, con gran número de personas alrededor y contacto continuo son los espacios típicos para este tipo de eventos. Más aún si se realizan actividades que se acompañan de una gran exhalación, como cantar, hablar en voz alta (habitual en los locales con música).

Un ejemplo habitual de eventos supercontagiadores son los brotes en empresas cárnicas, donde a los factores anteriores se unen condiciones de temperatura y humedad propicias para el SARS-CoV-2. En las circunstancias propicias todas las personas con Infección activa pueden ser supercontagiadores. De ahí la importancia de mantener las medidas de prevención y distancia, y evitar aglomeraciones y espacios cerrados sin ventilación.

Tasa de ataque

Una forma de incidencia epidemiológica que mide la proporción de personas que, en una población, experimentan un evento de salud agudo durante un período limitado (por ejemplo, durante un brote). La tasa de ataque se calcula como el número de casos nuevos de un problema de salud durante un brote, dividido por el tamaño de la población al comienzo del período, generalmente expresado como porcentaje, o por 1.000 o 100.000 habitantes.

Tasa de ataque secundario

La tasa de ataque secundario varía según el contexto en el que se produzca la transmisión. En general se puede decir que, en ambientes cerrados, con mucho contacto interpersonal, la transmisión es mayor: convivientes familiares, eventos sociales y centros sociosanitarios residenciales.

Tasa de letalidad

Proporción de personas con una condición particular (por ejemplo, pacientes enfermos de Covid-19) que mueren a causa de la misma. El denominador es el número de personas con la enfermedad; el numerador es el número de fallecimientos por esa enfermedad entre esas personas.

Toque de queda

El término se refiere a cualquier situación en la que un gobierno restringe la movilidad de la ciudadanía, normalmente en horas nocturnas, debido a situaciones excepcionales. No obstante, como el término tiene ciertas connotaciones que apuntan a situaciones específicas de contexto bélico o militar, en ocasiones se sustituye por otras expresiones sin estas connotaciones, como «confinamiento nocturno», «restricción a la movilidad nocturna», y similares.

Transmisión comunitaria

Se asume que hay transmisión comunitaria de una enfermedad infecciosa cuando una parte relevante de los casos detectados no pueden ser relacionados con casos conocidos, es decir no son casos secundarios a casos ya identificados. No hay una definición claramente establecida para indicar cuándo hay transmisión comunitaria en una determinada población.

Formalmente, se considera que existe transmisión comunitaria cuando en una población hay casos no importados (personas que no han viajado a zonas de riesgo y no han estado en contacto con personas que lo hayan hecho).

Sin embargo, informalmente es frecuente usar la frase «no hay transmisión comunitaria» para indicar que no existe una gran transmisión comunitaria o una transmisión comunitaria generalizada. Este uso, para el que no existe una definición operativa, parece considerar que los brotes no estén relacionados con cadenas de transmisión conocidas, que se descubran casos por sistemas de vigilancia de laboratorio, que haya múltiples brotes no relacionados en un territorio determinado o, simplemente, que la incidencia acumulada sea alta.

Transmisión fecal-oral

La que se produce cuando partículas fecales de una persona contagiada por algún agente infeccioso llegan (habitualmente a través de la contaminación del agua o alimentos) a otras personas. Es una forma de transmisión típica de algunas enfermedades como el cólera, la hepatitis A o la fiebre tifoidea.

Aunque pueden detectarse virus o restos de virus en las heces de las personas enfermas, la vía fecal-oral no se considera relevante en la transmisión de la Covid-19.

Tratamientos COVID-19

Por el momento, y aunque hay numerosos fármacos en estudio, ningún medicamento ha demostrado capacidad para prevenir la Infección o curar a los pacientes una vez infectados. El tratamiento en los casos leves de Covid-19 se dirige a controlar los síntomas hasta su remisión. Usualmente se basa en antipiréticos (paracetamol), reposo y una buena hidratación.

En los casos graves puede ser necesaria la respiración asistida, el tratamiento postural (pronación) y de soporte; la dexametasona (un corticoide) se ha mostrado eficaz para mejorar la supervivencia. En Estados Unidos se ha aprobado recientemente el antiviral remdesivir como tratamiento de la Covid-19, pese a que los resultados de los diferentes ensayos clínicos son contradictorios.

Las formas de prevención más eficaces son: lavarse las manos a fondo con frecuencia; evitar tocarse los ojos, la boca y la nariz; mantener la distancia física con otras personas (separación de 1,5 metros, uso de mascarillas); y evitar los espacios cerrados, mal ventilados y con muchas personas.

Vacuna COVID-19

La OMS (Organización Mundial de la Salud) considera como vacuna «cualquier preparación destinada a generar inmunidad contra una enfermedad estimulando la producción de anticuerpos. Puede tratarse, por ejemplo, de una suspensión de microorganismos muertos o atenuados, o de productos o derivados de microorganismos».

El desarrollo de vacunas es complejo; las vacunas están sujetas a un detallado proceso de evaluación para demostrar su seguridad y eficacia previamente a su comercialización. Las últimas etapas de estos procesos incluyen ensayos clínicos fase II y III, en los que el candidato a vacuna es probado en miles de personas y sus resultados son comparados con los de otras tantas personas que recibieron un placebo.

Valor predictivo de un resultado positivo o negativo

El valor predictivo del resultado de una prueba diagnóstica (positivo o negativo) mide la utilidad de esa prueba en el mundo real: la probabilidad de estar enfermo una vez conocido el resultado de la prueba.

El valor predictivo depende de algunas características del test (sensibilidad y especificidad) y de la prevalencia de la enfermedad en una población. Por ejemplo, en la población de pacientes con síntomas de Covid-19 y radiografía pulmonar sugestiva, la prevalencia de la enfermedad activa es muy alta, del 90% o más. Por el contrario, en las personas asintomáticas, que no han tenido contacto con pacientes de Covid-19, trabajan en sus casas y mantienen buena parte de las normas de distanciamiento físico, la prevalencia de enfermedad es muy baja, previsiblemente menor del 1%.

Si realizamos pruebas de PCR (asumiendo una sensibilidad del 80% y una especificidad del 95%) a 1000 personas de cada uno de estos grupos (en el primero, 900 de las 1000 estarían enfermas, mientras que en el segundo sólo 10 de las 1000 lo estarían, nos encontraríamos con valores predictivos muy diferentes:

  • En el primer grupo, de las 900 personas con Infección activa, la PCR sería capaz de identificar como positivos a 720 y en 5 casos daría un resultado falso positivo. El valor predictivo de un resultado positivo en la prueba sería del 99,3%, claramente confirmatorio de Infección activa. Sin embargo, la PCR no detectaría 180 de los 900 enfermos (falsos negativos). La probabilidad de tener Covid-19 pese a tener un resultado negativo aun sería del 65,5%. Por eso se aísla a estas personas, aunque los test sean negativos.
  • Cuando la prevalencia es muy baja, el mismo test funciona de forma muy diferente. De los 10 enfermos, la PCR sería capaz de identificar 8 (los otros dos serían falsos negativos). Pero la PCR también identificaría como positivos a 49 personas que no tienen la enfermedad y el valor predictivo de un resultado positivo sería sólo del 14%.

Por el contrario, el valor de un resultado negativo casi descartaría la enfermedad (de los 943 positivos sólo el 0,2% estarían enfermos), aunque eso no nos ayuda mucho ya que sabíamos que en esa población el 99% de los pacientes no estaban enfermos; pasaríamos al 99,8% a costa de etiquetar como enfermos (y aislar) a 49 personas sanas, y de confirmar equivocadamente a 2 enfermos de que no tienen la Infección.

Ventilación de espacios

La ventilación de los espacios habitables es una de las medidas esenciales de prevención del con- tagio de Covid-19, y está vinculada sobre todo al contagio por aerosoles. Por eso es necesario renovar el aire de vagones de metro, autobuses, aulas educativas y, también, de los domicilios personales.

covEn octubre de 2020, el IADEA-CSIC (Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua) junto a la empresa MESURA han publicado una guía para ventilación en las aulas, elaborada por los investigadores María Cruz Minguillón, Xavier Querol, José Manuel Felisi y Tomás Garrido, en la que pueden consultarse recomendaciones y necesidades para la correcta ventilación de los espacios.


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