La principal dificultad en el uso de i e y radica en el hecho de que la vocal i puede representarse por las letras i (i latina) o y (i griega). Como la primera es la empleada normalmente, nos detendremos a especificar únicamente aquellos casos en que pudieran confundirse. La y, en cambio, sólo representa el sonido vocálico de la i si va sola (conjunción y), delante de consonante (Ybarra) o en final de palabra (rey).
- Se escriben con i las palabras que empiezan por este sonido seguido de consonante.
(no cuentan los nombres propios como: Induráin/Induráin; Iriarte/Yriarte,
Algunos ejemplos: Iglesia, idea, imán, intacto, impresión, israelí, ibis, iluminar, insolación.
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Si el sonido inmediato a la i en posición inicial de palabra (o de sílaba) es otra vocal, la i se consonantiza y se convierte en y. Se exceptúan las palabras que empiezan por h, además de otras como ión, iota, paranoia y sus respectivos derivados. Ejemplos de esta segunda regla son: yacer, yeso, yodo, yogur, yoyó, yonqui, mayor, bayeta, cobaya.
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Se escriben con i las palabras agudas que terminan con este sonido en posición tónica: bisturí, sonreí, frenesí, esquí, aquí, salí, fui, vi...
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Se escriben con y, además de la conjunción copulativa y, las palabras agudas que terminan con este sonido en posición átona: buey, ley, muy, guay, ¡huy!, hay, guirigay, rey, ¡caray!, verdegay...
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El plural de las palabras de la regla 4 se resuelve mediante dos soluciones distintas. Así:
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las palabras de introducción reciente, suelen formar su plural añadiendo una -s y convirtiendo la y en i: jerséis, samuráis, guirigáis, paipáis, espráis;
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las palabras con más tradición en el habla forman su plural añadiendo -es y conservando la y: reyes, leyes, ayes, convoyes, bueyes.
Y... muy encantada estoy al poder saludar desde aquí, con mi mayor frenesí, ¡huy!, sí, pero sin guirigáis y con un bonito color carmesí.
