Festival Medieval de Elche | Edad Media en Elche
Festival Medieval de Elche | Edad Media en Elche

Festival Medieval de Elche | Edad Media en Elche

El Festival Medieval de Elche es un certamen que se celebra anualmente, entre los meses de octubre y noviembre. El festival combina espectáculos de calle y de sala, de música y teatro, de temática medieval.

Entre las actividades que se realizan están conciertos de música medieval, obras de teatro, actuaciones, juglares de diferentes procedencias, espectáculos sobre el Quijote y Tirant lo Blanc, espectáculo de magia de druidas, juglares, pasacalles, mercadillos medievales, ciclos de cine, talleres, etcétera.

Se suele ubicar en pleno centro de la ciudad, situando su núcleo principal en la plaza de la Basílica de Santa María, desplegándose por los aledaños con multitud de puestos.

Origen del Festival Medieval

Existía una única forma de comercializar productos en la Edad Media y esta era a través de los Mercados semanales y las Ferias. Los Mercados se realizaban entre una y dos veces por semana, donde se vendían productos de primera necesidad y las Ferias una vez al año como mucho.

Si nos centramos en la etapa cristiana en Elche, fue el Rey Alfonso X el que estableció el Mercado Semanal, concretamente en el año 1256, los martes y miércoles. Como hemos comentado antes, se trataba de vender productos de primera necesidad, fundamentalmente alimentos. Funcionó bastante bien hasta el siglo XIV, donde tuvo lugar la Guerra de los Pedros y esto mermó mucho a los comerciantes de la época. Una vez repuestos de la guerra, el mercado continuó su funcionamiento, siendo el único problema las continuas prohibiciones de comercio impuestas a las comunidades mudéjares y a la importación de productos que perjudicasen a los comerciantes autóctonos.

En cuanto a las Ferias, tenían una connotación distinta a los Mercados. Se realizaban anualmente y se les dotaba de un aspecto muy festivo, ya que conseguían reunir en una misma villa a los comerciantes de todo el reino. Se podían adquirir productos más variados, incluso traídos de cualquier parte del mundo, lo cual despertaba una enorme curiosidad por parte de los lugareños. Fue Jaume II, quien atendiendo a una petición de una delegación ilicitana, concedió, en el año 1322, que la villa celebrase una feria anual que duraría la segunda quincena de noviembre, introduciéndola así en los circuitos comerciales del reino.

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